EL EJECUTIVO busca una fórmula que permita plasmar ante Europa la unidad del catalán sin herir la sensibilidad de ningún valenciano. La tarea es ardua y debe hacerse con premura, para tenerla lista el día 22, cuando el ministro de Exteriores presente en Bruselas la propuesta española de reforma del reglamento de usos lingüísticos en la UE.