Sin deslizarse por la pendiente del alarmismo, el Gobierno admite que tiene un problema de descoordinación interna y con el PSOE. El resbalón que protagonizó el lunes el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, junto a la derrota parlamentaria del jueves en el Congreso, han hecho aflorar unos fallos de comunicación interna que el Ejecutivo se ha propuesto solventar.

Los 100 días de gracia de que disfrutan casi todos los presidentes se han prorrogado para José Luis Rodríguez Zapatero hasta superar los siete meses. Pero esta semana, súbitamente, el plácido rodaje del líder socialista ha tocado a su fin. Tres veces ha tenido que mirar para otro lado al ser interrogado sobre la denuncia de Moratinos, que el lunes acusó al Gobierno de José María Aznar de haber dado "instrucciones" al embajador español en Venezuela para que apoyara, junto a EEUU, el golpe que Hugo Chávez sufrió en el 2002.

Altos cargos del Gobierno y dirigentes del PSOE critican al ministro por enturbiar la visita a España de Chávez; dirigir otro gesto hostil a EEUU en vísperas de la cita de los Reyes con George Bush; y permitir que el PP recobre la iniciativa política con la amenaza de suspender la colaboración con el Ejecutivo si Moratinos no rectifica o es desautorizado.

EL DEBATE Fuentes gubernamentales achacan el desliz de Moratinos al jet lag --apenas había podido descansar tras su viaje a Costa Rica-- y a las presiones de la Moncloa para que, pese a todo, asistiera al programa 59 segundos de TVE. Un debate que, para algunos asesores del Ejecutivo, perjudica a los ministros invitados, que se ven forzados a responder en menos de un minuto a los ataques de algunos contertulios hostiles.

Visiblemente molesto, Zapatero se ha negado a respaldar las palabras del ministro, aunque defiende su gestión. A la irritación del equipo del presidente también ha contribuido la encerrona sufrida el jueves por el embajador español en La Habana.

Carlos Alonso Zaldívar acudió a la llamada del ministro cubano de Exteriores, Felipe Pérez Roque, sin saber que éste anunciaría la reapertura de los contactos oficiales con España para abrir una brecha en la Unión Europea (UE). Fuentes del Gobierno aprecian en este episodio otra síntoma de incomunicación, porque Moratinos no informó a la Moncloa de que el canciller cubano había citado al embajador.

OTRO REGALO El jueves, la descoordinación se reflejó en la ausencia de 18 de diputados socialistas cuando el Congreso votaba el nuevo sistema de elección de los cargos judiciales: otro revés para el PSOE, un nuevo regalo para el PP. El Ejecutivo confía ahora en recuperar la iniciativa política si el lunes Aznar protagoniza una iracunda comparecencia en la comisión del 11-M, eclipsando de nuevo al PP.