Mientras languidece en el Congreso la comisión para desenredar el nudo territorial, el más gordo de una hipotética reforma de la Constitución, el Gobierno valenciano del PSPV y Compromís ha tratado de agitar el tablero de la negociación pidiendo voz propia en el debate para las comunidades autónomas y presentando una propuesta propia que supera el modelo federal del PSOE.

Hace unos días, Ximo Puig, presidente de la Generalitat, volvió a hacer referencia a la necesidad de paralizar la «contrarreforma recentralizadora», un clásico de su discurso que vincula al ejecutivo de Mariano Rajoy pero que parece incluir también un mensaje a Pedro Sánchez. Puig lleva meses perfilando una voz propia ante Ferraz y, junto con Compromís, está dispuesto a dar la batalla para que el debate salga de Madrid. Es decir que no sea un pacto exclusivo entre el presidente y el líder de la oposición de turno.

La propuesta valenciana reclama la apertura de «una dinámica de debate público» en la que las autonomías tengan «un papel especialmente reconocido». «A la hora de la reformarla, es inimaginable que no dispongan de espacio de participación», desliza el documento.

Desde que salió de la Moncloa, el PSOE pide cambios en el texto de 1978. En este lustro, les ha dado tiempo a esbozar sus intenciones en varias ocasiones pero el Gobierno valenciano va bastante más allá en varios capítulos, aunque compartan un espíritu federal.

Mientras los socialistas han propuesto una lista exhaustiva de las competencias estatales y una referencia a que el resto sean de las comunidades autónomas, la fórmula valenciana da libertad a las autonomías para elegir su organización y elimina referencias a provincias y diputaciones, incluye cláusulas que blindarían competencias ante recentralizaciones y elimina la suspensión automática de una ley autonómica recurrida por el Gobierno central.

En participación, los socialistas hablan de favorecer las primarias y el texto valenciano apuesta, como Podemos, por una ley electoral más proporcional que la actual D’Hondt, rebaja la edad para votar a los 16 años. El PSOE ha pedido blindar la sanidad universal, y en la propuesta valenciana se añaden la renta básica, la muerte digna o la orientación sexual. Las propuestas socialistas remarcan la necesidad de reconocer y dar valor a hechos diferenciales y lenguas propias, y la valenciana de «corregir la asimetría» entre el castellano y el resto de idiomas cooficiales.