En la recta final de campaña, y con el miedo instalado en el cuerpo por la augurada baja participación en las urnas, Esteban González Pons, el número dos en la lista del PP en las elecciones europeas, ha pisado el acelerador reivindicando la identidad más "valencianista" de su partido y ha aprovechado, además, para atacar el proceso de independencia catalán. Dos conceptos que el PP ha decidido exprimir al máximo para arañar los votos que haga falta en la Comunidad Valenciana reviviendo los tiempos de la Batalla de Valencia.

Este jueves el arma de su ataque ha sido una naranja, que Pons ha exhibido en Valencia, en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum. "Esta naranja, que representa trabajo, orgullo y esfuerzo" de los valencianos, "me la llevo a Bruselas para acordarme todos los días de cuáles son mis orígenes y mis obligaciones", ha dicho Pons arrancando una ovación mientras sostenía la fruta desde el estrado, emulando al líder de la formación 'blavera' Unión Valenciana, Vicente González Lizondo, años atrás en el Congreso de los Diputados. "Esto es lo que puedo prometer y prometo", ha lanzado Pons, recogiendo también la consigna que hiciera célebre Adolfo Suárez durante la campaña a la presidencia del Gobierno en 1977.

"Yo no soy Vicente González Lizondo, pero me identifico con él", ha manifestado Pons, que también ha asegurado: "Se va mi cuerpo, pero yo me quedo con vosotros". "Como decía Sant Vicent, me voy a predicar en valenciano", ha lanzado el candidato conservador, que ha pedido el voto para políticos con "corazón y sangre en las venas".

Oposición al "contagio" independentista

Y sin perder de vista las próximas elecciones autonómicas del 2015, ha asegurado, además, que el independentismo catalán "puede acabar perjudicando política y económicamente a la Comunidad Valenciana, reabriendo inseguridades en nuestra izquierda y aislándonos geográficamente de Europa". Por eso, ha aprovechado para pedir "evitar que se disperse el voto del PP en la Comunidad Valenciana entre fuerzas pequeñas que quieren ayudar, pero no pueden".

"Debemos evitar que se favorezca que lleguen a la Generalitat Valenciana gobiernos demasiado contemplativos o acomplejados ante el independentismo catalanista", ha alertado Pons. "Si Catalunya decidiera hacer un referéndum contra la ley, necesitamos en la presidencia de la Generalitat Valenciana alguien que se oponga al contagio", y no "aplaudidores del catalanismo como Compromís o complacientes indiferentes como los del PSPV", ha señalado Pons. El dirigente popular ha deslizado también una advertencia para espolear a los militantes y simpatizantes valencianos a ir a las urnas: "Si los independentistas catalanes votan más en estas elecciones, los valencianos no podemos votar menos; nos jugamos mucho".

Un contrato "irrenunciable"

"No voy a llenar de retórica este discurso, ya he hecho suficiente sacando la naranja", ha asegurado Pons después de su puesta en escena y a los trece minutos de un discurso que ha durado 22, para luego desgranar y "formalizar" un "contrato con diez cláusulas irrenunciables" para su hoja de ruta en Bruselas en defensa de los "intereses valencianos", entre los que se encuentran el Corredor Mediterráneo, la oposición al proyecto Castor, la detención de las prospecciones petrolíferas en la costa o que "no se juegue jamás con el nombre" de la Comunidad Valenciana.