El exsecretario general del PP de Madrid Francisco Granados declaró este viernes por cuarta y última vez ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón desde que, según dice él, decidió colaborar con la justicia para esclarecer el caso Púnica. Sus palabras dentro de la sala se limitaron a corroborar lo que ya había dicho y no fueron más allá de insistir en que «en política quien tiene poder» es quien hace listas y nombra cargos, en referencia a la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre y su sucesor, Ignacio González, imputado en el caso Lezo. Pero, una vez en la calle, el principal imputado de la Púnica se remitió a una frase, que le «gusta mucho», para explicar lo ocurrido con Cristina Cifuentes: «Si buscas venganza, cava dos fosas».

Pese al tono de amenaza de la máxima, Granados se desvinculó de las imágenes en la que se veía a Cifuentes en 2011 robando dos cremas en un supermercado madrileño. Dijo haber oído rumores desde hace años, pero, aseguró, no conocía el vídeo, que atribuyó a «cuestiones personales». También fue taxativo a la hora de rechazar que durante los años en que Esperanza Aguirre presidió la formación madrileña hubiera familias en el partido.

«Cualquier persona de bien no se puede alegrar con las imágenes que hemos visto estos días y menos si se trata de una persona a la que conoces. Es un momento de profunda tristeza, porque ningún ser humano se merece estar expuesto a esa situación bochornosa», dijo Granados. A renglón seguido añadió: «Es verdad que Cristina me ha insultado mucho en los últimos tiempos. Creo que ha sido muy injusta conmigo, pero eso no quita para que yo sienta tremendamente cómo la hemos visto sufrir estos días. Es algo que nadie merece».