Madrid. -- El jefe interino de la Guardia Civil en Asturias, el teniente coronel Fernando Aldea, ha asegurado que está convencido de que Antonio Toro y Emilio Suárez Trashorras no tenían explosivos en el 2003, a pesar de que en esas fechas el instituto armado recibió esa información de dos fuentes distintas.Durante su comparecencia ante la comisión parlamentaria de investigación del 11-M, --ante la que comparecen diversos mandos de las fuerzas de seguridad en el Principado-- Aldea ha afirmado que los explosivos "no existían" en el 2003, y que la persona que en febrero de ese año les comunicó que Toro y Suárez tenían escondidos 150 kilos de dinamita actuó "para complicarles la vida" y "por rencillas" porque éstos le habían delatado y habían provocado su detención en el 2001. Aldea asimismo ha negado la existencia de un mercado negro o tráfico de explosivos en esa comunidad y ha considerado como "un hecho puntual" el robo de los explosivos utilizados en los atentados de Madrid. Robo en enero o febrero del 2004El teniente coronel, que en el 2003 era jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Oviedo, ha explicado que la persona que el 10 de febrero del 2003 acusó a Toro y a Suárez de tener dinamita fue J.I.F.D., alias Nayo, preso en la cárcel de Villabona porque los anteriores "le metieron en un tema de drogas y lo delataron a la policía", que le detuvo en la llamada operación Pipol.Aldea, a quien la Unidad Central Operativa (UCO) del instituto armado comunicó en las mismas fechas una información parecida, procedente esta vez del confidente Rafá Zouhier, ha dicho que después de las vigilancias y los seguimientos realizados para comprobar si había o no explosivos en la zona de Avilés en la que supuestamente estaban enterrados "creemos que allí no había nada"."Las investigaciones han demostrado que los explosivos utilizados en los atentados de Madrid se robaron en enero o febrero de 2004", ha concluido el mando de la Guardia Civil.No había base para registrosAldea había asegurado antes que sus hombres ya estaban investigando a Antonio Toro por tenencia de explosivos cuando la UCO les comunicó que habían recibido información de que disponía de 150 kilos de dinamita que trataba de vender en Madrid.El jefe del instituto armado en Asturias ha explicado que el 2 de febrero de 2003 un interno en la prisión asturiana de Villabona les dijo que otro recluso quería hablar con ellos, y que el contacto con este último, el citado Nayo, se produjo el día 10 de ese mes.El jefe de la Guardia Civil en Asturias se mostró convencido de que "no existe mercado negro ni tráfico de explosivos" en esta comunidad y consideró que la sustracción de la dinamita empleada el 11-M fue "un hecho puntual" atribuible a deficiencias en el "control interno" de la mina Conchita.