Que la guerra de Irak centraría esta campaña no se le escapaba a ningún candidato. Pero ni siquiera los cabezas de lista del PSOE y del PP sabían hasta qué punto sería así. Comenzó la campaña con las imágenes de las vejaciones de los norteamericanos en Irak grabadas en las retinas de los españoles. Las tesis del PSOE sobre la ilegalidad e inmoralidad del conflicto ganaban adeptos incluso entre los que fueron comprensivos con la decisión de Aznar de implicar a España en la invasión.

Pero esta semana, la ONU ha aprobado una resolución unánime sobre Irak. El Gobierno la ha vendido como una victoria suya, propiciada por la presión de España al retirar las tropas. Y el PP ha intentado usarla como arma justo cuando ya daba por perdida esa batalla. Rajoy insistió en que Zapatero repatrió a los soldados tras afirmar que no habría una resolución de la ONU antes del 30 de junio. Y Zapatero replicó que, de cualquier modo, la resolución no cumple sus condiciones iniciales.