La jueza argentina María Servini de Cubría ha recabado en Gernika (Vizcaya) el testimonio de dos hijos de un fusilado por las tropas franquistas. La magistrada, que también está recabando documentación en distintas instituciones vascas, permanecerá hasta fin de mes en España para investigar los crímenes que se produjeron durante la dictadura y que fueron denunciados en los tribunales de Buenos Aires.

Los hermanos Julen y María Luisa Kalzada han reclamado que se juzgue al franquismo "como se hizo con el nazismo", en alusión a los juicios de Nuremberg.

La titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal número 1 de Buenos Aires ha tomado declaración a los hermanos Kalzada, hijos de un hombre fusilado por las tropas franquistas en la localidad vizcaína de Busturia en 1937. Julen Kalzada, sacerdote, estuvo preso en Zamora y fue juzgado en el proceso de Burgos.

María Luisa Kalzada ha recordado ante los medios de comunicación la dureza que caracterizó a la represión franquista, y ha puesto como ejemplo que en Busturia "de la noche a la mañana fueron fusiladas seis personas y quedaron seis viudas y 17 huérfanos".

Dentro de su apretada agenda, la jueza se desplazó ayer al hospital de Miranda de Ebro, en Burgos, donde se encuentra ingresado el bilbaíno Félix Padín, miliciano anarquista que estuvo en varios campos de concentración. Sin embargo, pese a conversar con él, no pudo tomarle declaración al no haber llegado su exhorto a los juzgados. Durante las próximas horas continuará visitando diferentes localidades vascas en busca de documentación relacionada con la causa.

Apoyo del Gobierno vasco

El Gobierno vasco ha expresado su apoyo a la labor de la jueza argentina y comparte su objetivo de "arrojar luz" y hacer que "resplandezca la verdad" sobre los crímenes cometidos por la represión franquista. El portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, le ha ofrecido su colaboración y ayuda para realizar las diligencias que requiera su investigación.