La policía holandesa arrestó ayer, con datos de la Comisaría General de Información española, a un magrebí presuntamente relacionado con el "núcleo duro" de la célula islamista que cometió los atentados del 11-M, según informaron fuentes oficiales españolas. En la operación fueron detenidas ocho personas más.

La redada se desarrolló a primera hora de la mañana en la localidad holandesa de Roosendaal, al sur del país, cerca de la frontera con Bélgica. Los agentes detuvieron a un total de nueve personas y registraron dos viviendas. Un portavoz de la fiscalía de Rotterdam confirmó que uno o varios individuos estaban siendo buscados por su presunta implicación en los atentados de Madrid. Agentes españoles adscritos a la investigación se desplazaron ayer a Holanda para recibir y contrastar la información de los detenidos.

DROGA Y ATAQUES Siete de los arrestados pasaron a disposición de los servicios de extranjería y otros dos, que llevaban pasaportes falsos, estaban siendo interrogados. Uno de ellos tenía en su poder medio kilo de cocaína y 600 pastillas de éxtasis. Sobre el otro pesa la orden de busca y captura internacional por presunta participación en el 11-M. Sus identidades no fueron reveladas.

La policía holandesa ya detuvo en julio pasado a un marroquí de 17 años que actuaba como correo entre supuestos terroristas de Al Qaeda instalados en España y Holanda. Su función era trasladar pasaportes falsificados y, al parecer, había estado relacionado con uno de los implicados en los atentados de Casablanca, en mayo del 2003, y había viajado a Pakistán y a Chechenia.

EN SUELO HOLANDES Además, las informaciones sobre Rabei Osmán Sayed, Mohamed el Egipcio , habían alertado a las autoridades holandesas de la posible presencia de activistas de Al Qaeda pertenecientes al llamado Grupo Islámico de Combatientes Marroquís, el mismo que reivindicó el atentado de Madrid. En las comunicaciones que interceptó la policía, El Egipcio decía que disponían de dos células en Holanda preparadas para cometer atentados en una capital europea, posiblemente París.

El Egipcio fue arrestado el 8 de junio en Milán (Italia) gracias a datos de los investigadores españoles, que habían localizado su número de teléfono en la agenda de Serhane ben Abdelmajid Faje, el Tunecino , presunto jefe de la célula del 11-M, inmolado en Leganés (Madrid), y habían realizado su seguimiento.

HUELLAS DE HUIDOS La investigación de la Comisaría General de Información también ha permitido determinar en los últimos días que Jamal Ahmidam, el Chino , y Asri Rifat Anuar, también inmolados en Leganés, estuvieron en la casa de Albolote (Granada), alquilada por los terroristas el 6 de marzo --cinco días antes de los atentados-- para esconderse y, supuestamente, preparar nuevas acciones.

Las huellas de ambos quedaron en un vaso y en un papel encontrados en dicha vivienda. Otras huellas, de un total de ocho que han podido ser analizadas por la policía científica, corresponden a tres individuos desconocidos que no figuran en las bases de datos policiales españolas. Los investigadores trabajan con la hipótesis de que pertenecen a miembros del comando que han huido.

La casa de Albolote fue localizada unos días después del atentado gracias al rastreo de llamadas telefónicas. La habían alquilado Abdenabi Kunjaa y Rachid Aulad, también muertos en Leganés. La policía creyó entonces que los terroristas habían cambiado sus planes y no la habían usado tras el atentado.