El segundo aniversario de los atentados del 17-A volvió a estar empañado por la polémica política. Si las críticas independentistas a la presencia del Rey salpicaron el homenaje del año pasado, el de este año estuvo marcado ayer por el acto alternativo organizado por la Associació Catalana de Víctimes d’Organitzacions Terroristes (ACVOT). Solo PP, Vox y Cs acudieron al contraacto, celebrado una hora y media después del homenaje institucional. En el año en el que se quería que las víctimas fueran las protagonistas del día, la división entre asociaciones (con trasfondo político) condicionó la conmemoración.

José Vargas, el presidente de la ACVOT que en las elecciones municipales fue en la lista del PP en Barcelona, negó que el acto estuviera politizado. Pero cargó contra el ayuntamiento, la Generalitat y el ministro Fernando Grande-Marlaska por no sumarse. «Muestra muy poca vergüenza y muy poca dignidad», dijo sobre el titular de Interior. «No quiero entrar en polémicas sobre por qué algunas víctimas no quieren entrar en contacto con esta asociación. Solo una palabra: manipulación», sentenció.

Mientras hacía estas declaraciones, en el ayuntamiento se llevaba a cabo una recepción a los familiares de las víctimas y los supervivientes de los atentados, después del homenaje que se había celebrado junto al mosaico de Miró, el punto de la Rambla en el que se detuvo la furgoneta el 17-A. A diferencia del año pasado, el consistorio barcelonés optó ayer por un recuerdo institucional discreto, de apenas 10 minutos y sin parlamentos.

Tras la interpretación de El cant dels ocells de Pau Casals, los familiares y los supervivientes (visiblemente emocionados) depositaron claveles blancos en tres jardineras. En un ambiente de escrupuloso silencio, se podían leer carteles como «Queremos conocer la verdad», «Unidos contra el terrorismo», «Amor para todos, odio para nadie» y «El islam condena tajantemente el asesinato de personas inocentes». Después de los familiares, hicieron la ofrenda floral el presidente de la Generalitat, Quim Torra, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el ministro de Justicia, Grande-Marlaska, entre otros. Esta vez, ni el Rey ni Pedro Sánchez ni ningún líder de los partidos estatales asistieron al homenaje. El presidente del Gobierno en funciones transmitió su solidaridad a las víctimas a través de Twitter, apelando a la democracia y la libertad, al igual que Pablo Casado y Albert Rivera.

«PUNTOS OSCUROS»

Desde Waterloo, Carles Puigdemont deslizó las teorías conspirativas al reclamar que se investiguen los «puntos oscuros» de los ataques, considerando una «exigencia ineludible» indagarlos en sede parlamentaria. Torra ensalzó en otro tuit la gestión del atentado de Puidemont, el exconseller Joaquim Forn, el mayor Josep Lluís Trapero, los Mossos y los servicios de emergencia, pero tanto el president como el resto de los cargos institucionales que realizaron la ofrenda floral evitaron hacer declaraciones en la Rambla por respeto a las víctimas.

Una hora más tarde, miembros de los CDR con máscaras blancas con un interrogante negro se manifestaban ante la Sagrada Família junto a una pancarta que rezaba We claim for answers (Reclamamos respuestas, en inglés).

Ignacio Garriga, de Vox, cargó «contra la teoría de la conspiración del separatismo» en el inicio de la Rambla, donde entró la furgoneta y donde se hizo el acto de ACVOT. El portavoz del comité ejecutivo nacional del partido de ultraderecha advirtió de que «tenemos a muchos imanes radicales en Cataluña».

‘PAPEL MOJADO’

Tanto él como el eurodiputado Jorge Buxadé reclamaron el cierre inmediato de mezquitas y el control de fronteras. Diversos cargos de Cs, PP y VOX acudieron a la concentración de la ACVOT en cuyo manifiesto se preguntó «qué tipo de país queremos para nosotros y las nuevas generaciones; uno basado en los valores constitucionales [...] o uno muy distinto donde los derechos y libertades sean papel mojado».

Los líderes de los partidos de la oposición, Pablo Casado (PP), Albert Rivera (Ciudadanos), Pablo Iglesias (Unidas Podemos) y Santiago Abascal (Vox) utilizaron ayer las redes sociales para recordar a las víctimas de los atentados, pero a través de mensajes con diferentes matices. Casado recordó a las víctimas y expresó su solidaridad «con el dolor de sus familias». «La violencia y el odio de los terroristas no podrán acabar con la libertad, democracia y fortaleza de una España y una Europa unidas», añadió.

FUERZAS DE SEGURIDAD

Por su parte, Rivera expresó por Twitter todo su apoyo a las fuerzas de seguridad «que se juegan la vida para proteger» las libertades. Iglesias mandó «un abrazo a quienes sufrieron y sufren aquella salvajada». El líder de Vox, Santiago Abascal, por su parte, aseguró que a dos años de lo sucedido «las mismas amenazas siguen vigentes» y enfatizó: «Los que nos colocaron en situación de amenaza siguen haciéndolo con sus políticas suicidas».