El Partido Socialista Obrero Español es un partido de historia y de tradición republicana. Para facilitar la salida de la dictadura, una gran mayoría de los partidos políticos, y también el PSOE, se pusieron de acuerdo en diseñar una monarquía parlamentaria como la vía más pragmática a tantos años de funcionamiento del país sin libertad.

Y hoy, 35 años después, debemos aceptar que esa decisión, tan ampliamente aceptada y plasmada en la Constitución de 1978, fue un éxito de todos y de cada uno.

Países tan avanzados social y económicamente como Holanda, Suecia, Reino Unido o Dinamarca, mantienen una forma de estado similar a la nuestra: el rey reina, pero gobiernan los elegidos por el pueblo de forma democrática y en consulta.

EL REY Juan Carlos renuncia al trono después de 39 años al frente de la Jefatura del Estado. Fue proclamado por las Cortes españolas el 22 de noviembre de 1975 después de la muerte de Francisco Franco y elevado al trono el 27 de noviembre de ese mismo mes, convirtiéndose en una institución que consiguió reconciliar las dos ideas: rey y democracia.

Una unión necesaria y que es tornaba básica en un país con una historia atormentada por las guerras civiles. El éxito de estos años de democracia es el éxito de la Constitución y una de las claves de ese progreso es la forma de Estado que sigue vigente en países muy avanzados de Europa.

La abdicación del Rey supone el inicio de una nueva etapa en España. El príncipe Felipe pertenece a una joven generación y representa también un cambio rotundo para toda la sociedad, desde los más jóvenes hasta los más mayores que vivieron el acceso al trono de su padre. Estamos inmersos en una crisis muy profunda y este relevo en la Jefatura del Estado también debe expresar los cambios que tenemos que ser capaces de producir en la economía y en la política, cambios que el PSOE ha formulado con una reforma profunda en la Constitución de 1978.

En estos momentos quiero, además, manifestar mi deseo de éxito para el príncipe Felipe que será el rey del siglo XXI y que, estoy convencido, actuará con el patriotismo y la responsabilidad que los ciudadanos exigimos de una institución que con su trabajo debe conseguir el respeto de todos y actuar de árbitro en una sociedad tan plural como la española.