Las cárceles españolas acogen a más de 10.000 presos comunes a los que, por proceder de países árabes o de fe musulmana, el Ministerio del Interior considera susceptibles de ser captados por el terrorismo islamista. Después de la masacre del 11-M, y tras constatar que las prisiones españolas se han convertido en un lugar de reclutamiento de la organización terrorista Al Qaeda, Interior ha reforzado el control sobre estos reclusos, según fuentes de la dirección general de Instituciones Penitenciarias.

Esta misma semana se ha desvelado que la célula terrorista desarticulada por el juez Baltasar Garzón se formó en la cárcel de Topas (Salamanca) entre los años 2001 y 2003. Sus integrantes eran presos comunes de origen árabe y siete de ellos coincidieron en ese centro con el que iba a ser el jefe del grupo, Mohamed Achraf. El marroquí preso en la cárcel de Zuera, al que se le incautó diversa documentación el martes, fue trasladado ayer a Madrid.

SIN EXPECTATIVAS Los 59 reclusos islamistas acusados de terrorismo ya están dispersos por 20 cárceles distintas. Pero el problema estriba en cómo identificar a los presos comunes que, como Achraf, pueden atraer al fundamentalismo a otros internos, sobre todo a los aislados por desconocer el castellano y carentes de medios económicos o expectativas fuera de la cárcel.

"No se puede criminalizar a nadie por su religión", aclaran fuentes de Instituciones Penitenciarias, que, al igual que los sindicatos de funcionarios de prisiones, admiten que no hay medios suficientes para poder controlar uno a uno a 10.000 potenciales sospechosos que, además, entre sí hablan en árabe.

Además de contratar a traductores de esta lengua, Interior ha ordenado a los funcionarios que extremen la vigilancia e incrementen los registros en las celdas en busca de libros o panfletos de contenido fundamentalista. Estas medidas se vienen adoptando desde el 11-M, y el miércoles la directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, las analizó junto a directores de varias cárceles, incluida la de Topas.