Una grave negligencia, fruto del despiste de algún mando policial o de una simple descoordinación de la antigua cúpula de la lucha antiterrorista, propició que un coche repleto de pistas sobre la masacre del 11-M permaneciera abandonado en Alcalá de Henares (Madrid) durante tres meses. Por eso el ministro del Interior, José Antonio Alonso, anunció ayer la apertura de una investigación interna sobre éste y otros fallos que la policía pudiera haber cometido en las fechas posteriores al 11 de marzo.

Alonso compareció ayer en Madrid junto al secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, con el pretexto de detallar la operación antiterrorista desarrollada la víspera contra el embrión del nuevo comando Vizcaya. Pero el ministro dedicó más tiempo a comentar las últimas novedades sobre la investigación de la masacre de Madrid que a informar de las detenciones practicadas el sábado en Euskadi.

Tres de los autores de la matanza llegaron a la estación de Renfe de Alcalá en una furgoneta Renault Kangoo que abandonaron en la calle del Infantado de esa ciudad. El vehículo, detectado la mañana del 11-M, fue la primera pista que apuntó hacia la autoría islamista de los atentados. A su lado, a menos de 30 metros, otros terroristas habían aparcado un coche robado seis meses antes en Benidorm (Alicante), que conservaba su matrícula original.

LA PRESUNCION El Skoda Fabia ocultaba valiosas pistas: una maleta, una agenda de teléfonos, cintas con belicosos versículos coránicos y numerosas huellas digitales. Pero hasta que una vecina denunció el abandono del coche, en la jornada electoral del 13 de junio, ni el comisario de la policía de Alcalá, Eduardo Blanco, ni los mandos de la lucha antiterrorista cayeron en la cuenta de que debían haber rastreado las inmediaciones del lugar donde apareció la furgoneta Kangoo. Si tres de los autores de la masacre habían embarcado en el tren en la estación de Alcalá, ¿por qué presumir de entrada que habían llegado en solitario?

Esta y otras preguntas son las que Alonso ha trasladado al nuevo director de la policía, Víctor García Hidalgo, junto a la orden de que identifique a los responsables de estos fallos "a la mayor brevedad posible". Una urgencia justificada por la comparecencia del ministro, el próximo jueves, ante la comisión del Congreso que investiga el 11-M.

SIN INFORMACION El titular de Interior aseguró ayer que en abril, cuando tomó posesión del cargo, nadie le informó de que los alrededores de la estación de Alcalá no habían sido registrados. Y, transcurrido un mes y medio desde los atentados, nada hizo sospechar a los nuevos responsables de Interior que en la zona pudieran quedar rastros de los autores del 11-M que no hubieran sido ya detectados y analizados.

Ayer Alonso también tuvo que salir al paso de la denuncias del PP sobre un supuesto "apagón informativo" en relación al hallazgo de este segundo vehículo. El ministro desgranó todas las diligencias practicadas desde el 15 de junio, cuando el coche llegó a manos de la policía científica, y argumentó que Interior silenció este dato para impedir que su divulgación dañase las pesquisas policiales. "El ministerio va a informar de todo, absolutamente de todo lo que se puede informar, pero no dará datos que puedan comprometer la eficacia policial", anunció.

"TOMADURA DE PELO" Vicente Martínez Pujalte, portavoz del PP en la comisión del 11-M, definió ayer la ocultación de esta información durante más de un mes como una "tomadura de pelo descomunal".