Antes de que ETA anunciase su decisión de no cometer atentados en Cataluña, los responsables de la lucha antiterrorista trabajaban con la previsión de que la banda terrorista intentaría hacerse presente durante la campaña electoral. Por primera vez, Batasuna, su brazo político, no puede concurrir a unas elecciones generales por haber sido ilegalizada. Pero tras el anuncio de tregua territorial, los mandos policiales consultados no tienen ninguna duda de que ETA intentará cometer un atentado en cualquier parte del resto de España, siquiera sea para demostrar el valor de su tregua en Cataluña.

Las fuentes consultadas aseguran que los dispositivos de información y control policial están a pleno rendimiento y en señal de máxima alerta, tanto en España como en el sur de Francia. El ministro del Interior, Angel Acebes, y su colega francés, Nicolas Sarkozy, acordaron el domingo extremar los controles y la colaboración para asestar otro golpe a la banda terrorista, que hoy por hoy mantiene incólume su estructura financiera y cuenta con armas, explosivos y entre 20 y 50 activistas dispuestos a cometer atentados.

MAS CONTROLES Aunque la reunión entre ambos ministros se celebró antes de que se conociera la tregua para Cataluña, esa decisión de los jefes etarras no ha hecho más que confirmar la necesidad de reforzar los controles e intensificar la información y la acción policial.

Las fuentes consultadas explican que ETA cuenta con activistas armados en Guipúzcoa que podrían desplazarse y asesinar a alguna persona significativa por el procedimiento del tiro en la nuca. Las dificultades de la organización para contar con infraestructura en algunas capitales españolas, singularmente en Madrid, y recabar información sobre posibles objetivos, induce a pensar que la acción criminal podría ser contra un "objetivo de oportunidad", es decir, un político de segundo nivel sin protección, algún juez, miembro de alguna junta electoral provincial o un militar, sin descartar a policías y guardias civiles.

Aunque ETA cuenta con más de mil kilos de explosivos escondidos en el sur de Francia, los responsables de la lucha antiterrorista señalan que la introducción de coches bomba, que no está descartada, le resulta más complicada porque requiere burlar los controles de vehículos robados y montar un dispositivo de seguridad y retirada.