La militancia de Izquierda Unida ha aprobado concurrir a las elecciones generales del 28-A junto a los morados, reeditando la candidatura de Unidas Podemos. No obstante, el apoyo a la propuesta de una lista única no fue contundente. El 34,7% de los inscritos que participaron en la consulta votaron no a la confluencia.

«¿Estás de acuerdo con que Izquierda Unida concurra a las próximas elecciones generales y europeas en coalición con otras fuerzas políticas en base al acuerdo adjunto?», fue la pregunta a la que respondieron 10.387 inscritos de IU, apenas el 27,5% de los llamados a votar. Además de una escasa participación, los resultados muestran una mayoría (61,5%) en favor de la alianza.

Un dato que no eclipsa que el sector de IU más crítico con la confluencia está creciendo. Antes de las elecciones de 2016, tan solo el 13,3% rechazó caminar de la mano de Podemos. Tres años después, y con un mejor acuerdo encima de la mesa, los detractores han aumentado: más de un tercio de los votantes prefiere no hacer pactos preelectorales con Iglesias. Entre sus argumentos está la «invisibilización» de Izquierda Unida dentro del grupo parlamentario y la incapacidad de actuar con «autonomía». Critican que Podemos haya fagocitado a IU. Pese a esta escisión, el acuerdo saldrá adelante y en los próximos comicios volverá a haber una papeleta con el nombre de Unidas Podemos.