En contra de su costumbre de evitar las puyas contra otros políticos, José Luis Rodríguez Zapatero se burló ayer del liderazgo de Mariano Rajoy. La ironía giró en torno a la noticia de que José María Aznar mantendrá un puesto en la dirección del PP, del que será presidente de honor.

El jefe del Ejecutivo rompió su tradicional fair play en respuesta a la dureza con la que Rajoy resumió el encuentro mantenido el martes. Rajoy utilizó ante la prensa un tono "desproporcionado" respecto al que mantuvo durante la reunión, según fuentes del Ejecutivo socialista.

"El otro día oí a Rajoy al salir de la Moncloa decir que estaba preocupado". "Yo comprendo que esté preocupado, porque dirigir un partido con tres presidentes debe tener alguna complejidad", ironizó Zapatero.

Ana Botella, esposa de Aznar y concejala de Empleo y Servicios al Ciudadano del Ayuntamiento de Madrid, aseguró ayer que el nombramiento de su marido como presidente de honor no significa que "esté activo en la política del PP".

Por su parte, Manuel Fraga hizo ayer oficiales cambios en su Gobierno que admitió haber consultado con Rajoy. Fraga confirmó a Alberto Núñez Feijoo y a José Manuel Barreiro como vicepresidentes. Sustituyó al dimitido en Política Agroalimentaria y relevó a la titular de Asuntos Sociales por enfermedad.