El eterno compañero de fatigas de José Luis Rodríguez Zapatero nació en Béjar (Salamanca) el 31 de octubre de 1957. Junto al secretario general de los socialistas construyó la corriente Nueva Vía, que triunfó en el decisivo 35º Congreso del PSOE. Estuvieron juntos en el Congreso y formaron tándem durante cuatro legislaturas que les hicieron inseparables.

Caldera es licenciado en Ciencias Políticas, Sociología y Derecho y secretario de administración local por oposición, pero ha hecho su carrera política en el Congreso, donde entró, como diputado por Salamanca, en las elecciones de 1982. Se convirtió en el portavoz socialista en la Comisión de Régimen de las Administraciones Públicas, cargo que ocupó hasta que, en 1993, fue elevado a portavoz adjunto del grupo por Joaquín Almunia, su mentor político. Curiosamente, fue Zapatero quien ocupó el puesto que Caldera dejaba.

Ha sido siempre elegido diputado por Salamanca, aunque llegó a ser tan cuestionado en la legislatura pasada que sus compañeros salmantinos no lo eligieron como delegado para el congreso en el que triunfó Zapatero. Pero esa victoria le devolvió el poder en el seno del PSOE en calidad de número dos. Se había ganado el puesto como portavoz de la corriente Nueva Vía, de la que fue una pieza clave. También Trinidad Jiménez: ella les convocó a la reunión en la que se decidió presentar una alternativa a José Bono.

La victoria de Zapatero le encumbró al Comité Federal y a la Ejecutiva, y propició su nombramiento como portavoz del Grupo Parlamentario, puesto que ahora cede a Alfredo Pérez Rubalcaba. También ha coordinado el programa electoral.