José Antonio Pérez Tapias (Sevilla, 1955) va por libre. No depende de los apoyos de los aparatos territoriales, ni tampoco de sintonizar su discurso con la línea oficial de su partido. Al contrario. Decano de la Facultad de Filosofía de Granada y portavoz de la corriente crítica Izquierda Socialista, ahora un tanto apartada pero de gran tradición en el PSOE, Pérez Tapias ha hecho una campaña al margen, una campaña en la que todos daban por supuesto que no llegaría hasta el final.

Primero, porque no conseguiría los avales necesarios para convertirse en candidato oficial al liderazgo socialista. Segundo, porque se especulaba que acabaría pactando con alguna de las otras dos candidaturas, en principio más potentes. Pero ha llegado hasta aquí con críticas mucho más firmes a las acciones de su partido que las de Pedro Sánchez y Eduardo Madina (recordando, por ejemplo, que en la pasada legislatura, cuando fue diputado, no votó la traumática reforma exprés de la Constitución que instauró el principio de estabilidad presupuestaria) y con propuestas como un referendo sobre la Monarquía y la consulta legal y acordada en Catalunya, al estilo del PSC, una iniciativa que le llevará, probablemente, a un buen resultado en esta autonomía.

El profesor Pérez Tapias tiene una amplia obra publicada (va de Filosofía y crítica de la cultura, en 1995, a Invitación al federalismo, publicada el año pasado) y busca recuperar las viejas esencias del partido, difuminadas a raíz de la última legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. Salvo sorpresa mayúscula, quedará último en la consulta a la militancia, pero por el camino ha logrado revitalizar el ala izquierda del PSOE y mostrar que su corriente debe ocupar un puesto mucho mayor que el que ha tenido en los últimos tiempos. Pase lo que pase hoy, él ya se siente ganador. A diferencia de los otros dos aspirantes, está muy tranquilo. Haber llegado hasta aquí es, ya de por sí, un triunfo.