Pedro Sánchez ya ha encajado prácticamente todas las piezas de su Gobierno. El proceso se ha llevado a cabo bajo un absoluto hermetismo, con el secretario general del PSOE pensando casi en soledad quiénes serán sus componentes, analizando cómo vestir el Ejecutivo sin dejar en situación precaria al PSOE. Sánchez, el presidente que menos tiempo ha tenido de la historia de la democracia para designar ministros al ser el único que ha alcanzado el poder a través de una moción de censura y no después de unas elecciones, ha querido también hacer un equilibrio entre dirigentes de extensa trayectoria y otros más jóvenes. La exministra de Cultura, Carmen Calvo, que tendrá un puesto seguro en el Gobierno, quizá incluso como vicepresidenta, forma parte del primer grupo. También Josep Borrell, que será el nuevo ministro de Asuntos Exteriores.

Con su nombramiento, el nuevo jefe del Ejecutivo suma a su proyecto a alguien de acreditada experiencia, tanto política como técnica, un ministro con el que podrá trasladar un mensaje de tranquilidad a la UE y al mismo tiempo hacer pedagogía frente al independentismo catalán. Borrell, que ocupó la cartera de Obras Públicas con Felipe González, presidió el Parlamento Europeo entre el 2004 y el 2007. Después se dedicó a impartir clases, a escribir libros y artículos (publica con regularidad en este diario) y formó parte del consejo de administración de la multinacional Abengoa, pero en el último año y medio ha vuelto a primer línea. Borrell fue uno de los máximos detractores de la defenestración de Sánchez en octubre del 2016 y después, con la crisis territorial en su punto álgido, se convirtió en azote del independentismo, debatiendo con Oriol Junqueras en televisión e interviniendo en las manifestaciones multitudinarias en contra de una Catalunya separada de España.

Su contundencia y capacidad dialéctica hizo que muchos pensaran en él como posible candidato del PSC a la Generalitat, pero Borrell, al que finalmente le ofrecieron ser el número tres por Barcelona en las últimas elecciones autonómicas, no aceptó formar parte de las listas de los socialistas catalanes. Esta vez, en cambio, ha dicho 'sí' a Sánchez para un Gobierno cuyos ministros tomarán posesión el miércoles o el jueves.