El juez Fernando Andreu toma hoy declaración a una veintena de los 32 detenidos en la macrooperación puesta ayer en marcha para desarticular varios clanes de la camorra napolitana asentados en España, que se dedicaban al tráfico de cocaína procedente de Colombia y al blanqueo de capitales.

Según han informado hoy fuentes jurídicas, ante el juez de la Audiencia Nacional solo comparecerán una veintena de los detenidos, ya que algunos de los arrestados podrían quedar en libertad tras declarar ante la Guardia Civil o la Policía Nacional, que han desarrollado de forma conjunta esta operación, a la que han llamado Tarantela.

La mayoría de las detenciones tuvieron lugar en la Comunidad de Madrid, y se han practicado 14 registros en domicilios y empresas de los clanes (como restaurantes), en los que se han intervenido 1.130.000 euros en efectivo, dos armas de fuego, maquinaria para cortar droga y se han bloqueado 40 inmuebles valorados en ocho millones de euros.

A los detenidos en esta operación, con la que se ha logrado desarticular varios clanes de la camorra que contaban con ramificaciones en Italia, se les imputan delitos de tráfico de estupefacientes, blanqueo de capitales, amenazas, extorsiones, delitos contra el patrimonio, falsedad industrial y documental.

En noviembre de 2011 se iniciaron las investigaciones sobre varios grupos que supuestamente podrían proveer de droga a otros clanes asentados en Nápoles y que estarían blanqueando las ganancias del narcotráfico a través de un complejo sistema de sociedades instrumentales.

Durante las pesquisas, los agentes comprobaron que los miembros de las organizaciones investigadas habían implantado el modelo criminal italiano en España con actividades delictivas como el conocido "pizzo" de amenazas y extorsiones.

A lo largo de la investigación iniciada hace casi tres años, se han practicado en distintos puntos de Europa de diversas incautaciones de droga a estos clanes hasta un total de 2.800 kilos.

Desde nuestro país, estas mafias trasladaban la droga a Italia y otros países europeos, donde la distribuían y vendían.

Para blanquear las ganancias, los clanes desarticulados habían creado empresas y sociedades ficticias o pantalla.