El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo y la fiscal Olga Sánchez interrogaron durante la tarde y noche de ayer a los últimos seis detenidos por su presunta implicación como colaboradores de los autores de la matanza del 11 de marzo y dejó en libertad a uno de ellos. Hoy se conocerá la decisión del juez sobre los cinco restantes.

El marroquí Ibrahim Afalah fue el primero en declarar. Lo hizo durante más de dos horas. Vestía un chandal azul y de él sólo se sabe que podía tener alguna relación con los inmolados en Leganés, donde fue arrestado el domingo pasado. El juez le dejó en libertad al considerar endeble la acusación contra él.

ALQUILER Después siguió con el iterrogatorio, por separado, de los dos detenidos el pasado viernes en Parla. Se trata de los marroquís Said Aharouch y Hasan Belhadj, a los que la policía considera colaboradores de los miembros de la célula de El Tunecino . También declararon los marroquís detenidos el lunes y martes pasado en Málaga: Abdelghafour Abderrazzak, Mohamed El Barrouchi y Mohamed Anaoua Dahdaouh.

Este último habría alquilado un piso en el que se alojó Said Berraj, uno de los terroristas con orden de busca y captura internacional y que ha sido considerado autor directo del atentado.

Ya figuraba en el sumario del juez Baltasar Garzón contra la célula de Al Qaeda desarticulada en España en noviembre de 2001. Los datos policiales indican que se ausentó el 12 de marzo, tras los atentados, diciendo que tenía que ir al entierro de una hermana, al parecer, inexistente. El juez Del Olmo se inhibió ayer de la investigación de la explosión de Leganés a favor de su colega Teresa Palacios, a quien el martes solicitó el expediente. Tres de los siete fallecidos siguen sin identificar, debido a la tardanza de las autoridades marroquís en contestar a las pruebas de ADN de los posibles progenitores de los fallecidos.

El juez Baltasar Garzón siguió tomando declaración a Abu Talha , acusado de financiar a los terroristas.