El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ha vuelto a dirigirse a la justicia alemana para defender la entrega del expresidente Carles Puigdemont por un delito de rebelión, pero en su escrito le informa de que, según la legislación española, quien fija los tipos penales por los que finalmente será juzgado son las acusaciones personadas en el procedimiento seguido contra los líderes del 'procés' que pueden optar por acusarle por sedición o conspiración para la rebelión, cuyas penas son inferiores, confirmaron fuentes jurídicas a este diario.

En la misma línea del auto en el que confirmó el procesamiento de los 23 cargos de la Generalitat o del Parlament encausados, el magistrado se reafirma en que a su juicio lo que se produjo en Catalunya para lograr la independencia por vías fuera de la Constitución fue rebelión y aporta numerosa documentación e incluso vídeos para acreditar el requisito de violencia de este delito que puede estar penado hasta con 30 años de cárcel.

Sin embargo, a diferencia de otras comunicaciones a las autoridades alemanas, en esta ocasión incluye la salvedad de que son las acusaciones personadas en una causa, en este caso, Fiscalía, Abogacía del Estado y el partido Vox, los que delimitarán los tipos por los que Puigdemont puede ser juzgado en sus escritos de acusación, lo que deja abierta la puerta a que los delitos por los que finalmente tenga que responder sean los de sedición o conspiración para la rebelión. La sedición se pena con hasta 15 años de cárcel.

Para evitar cualquier retraso en el juicio que se sigue contra los encausados que se encuentran a disposición de la justicia española, el magistrado ha abierto una pieza separada relativa a los huidos, lo que supone establecer que el enjuiciamiento de la declaración unilateral de independencia se realice a dos velocidades.