Julio Rodríguez es conocido como el ex-Jefe del Estado Mayor de Defensa (JEMAD) con el PSOE que saltó a la política alistándose en Podemos. Su significación política y el abandono de las filas militares generó un revuelo que ahora pretende esclarecer en el libro 'Mi patria es la gente'.

-Cataluña ya tiene 'president'. ¿Qué opina de Quim Torra?

-Es una opción política, pero no parece que sea la solución de mayor consenso ni la de mayor transversalidad. Lo único positivo es que ya hay uno, y que se abre una posibilidad de diálogo. Espero que asuma la responsabilidad que tiene. Sobre sus manifestaciones, que se le juzgue por los hechos y las actitudes que tenga a partir de ahora.

-¿Debe levantarse ya el 155?

-Sí, así se acordó. Si no, sería dar un paso atrás. Hay que hacer política y volver al diálogo con un proyecto integrador. Cualquier otro recurso, como ha sido la judicialización, empeora la situación. Hay que evitar que el 155 esté ahí como una espada de Damocles, hacer política sin ambages y dejar de recurrir a las amenazas judiciales.

-En su libro critica con dureza el discurso del Rey del 3-O.

-Debería haber dejado que actuara lo político; la responsabilidad le atañía al Gobierno. Fue un error salir a dar ese discurso, le correspondía un papel conciliador y no una posición de parte.

-¿Por qué Podemos no abre debate sobre la Monarquía?

-Cuando el país está en un momento de crisis, la ciudadanía tiene otras demandas más importantes como la precariedad o la desigualdad.

-Parte de la izquierda no digirió bien su entrada en Podemos por su pasado. ¿Las Fuerzas Armadas se han readaptado a nuestros tiempos?

-Son democráticas, constitucionales y de servicio público. Hay que cambiar mentalidades.

-En su libro habla de corrupción en sus filas.

-Salen de la sociedad y tienen los mismos defectos y virtudes. La corrupción hay que corregirla, extirparla y no defenderla corporativamente. Condenarla y juzgarla. Y hay que ser más transparentes.

-¿Apelaría a unas Fuerzas Armadas dedicadas también a tareas sociales?

-La seguridad no se consigue solo con unas Fuerzas Armadas más potentes, sino acompañadas de políticas económicas y diplomáticas. Es un servicio público que puede ser utilizado allí donde dicte el Gobierno. Pienso que un ciudadano de uniforme tiene que estar dispuesto a construir la paz como movimiento social. Y eso es hacer política.

-¿Deberían poder sindicarse?

-Evidentemente. La norma está legislada con las asociaciones pero no está suficientemente implementada.

-Usted gestionó su petición de retiro pero el Gobierno anunció que le cesaba "por pérdida de confianza e idoneidad".

-Lo del Gobierno fue un error, un pataleo. Mi salto a la política sorprendió y se sintieron obligados a poner ese calificativo cuando tramitaron mi baja. Fui nombrado por ley y fui cesado porque lo pedí.

-¿Lo lee como una advertencia a venideros?

-Sucedió en periodo electoral.

-¿Hay temor en Podemos por el auge de Ciudadanos?

-Lo de Ciudadanos es un proceso de sustitución del PP, que está gastado. Van a hacer las mismas políticas con distinto traje, del azul al naranja. Hay una manera de hacer la política y una corrupción que es atravesada por la administración. Y eso no lo pueden cambiar los mismos que lo han estado haciendo porque han perdido la legitimidad.

-¿Cómo lo pretenden revertir?

-Para cambiar este país hace falta unidad y coalición. Y que la ciudadanía haga política todos los días y no cada cuatro años. Si no, volverán a hacernos la política. Políticos somos todos.

-¿Se ve como futuro ministro de Defensa?

-Por razones casi biológicas siempre digo 'carpe diem'. No me planteo lo que vaya a ocurrir mañana.