A su manera, la de siempre, muy florentina, Oriol Junqueras dio ayer la puntilla al ultimátum lanzado por Quim Torra en la víspera. En una entrevista de RAC-1, el líder de ERC dejó claro que su partido no secundaba la amenaza y, por tanto, se debilitaba hasta el extremo la posición del president. Lo hizo insistiendo en la apuesta por un «diálogo y negociación» con el Gobierno para celebrar un referéndum de autodeterminación en Cataluña, aunque el Ejecutivo de Pedro Sánchez lo rechace hasta ahora.

«Ya sabemos cómo es el PSOE. Pueden cerrar tantas veces como quieran la puerta al diálogo, que siempre nos encontrarán poniendo el pie. Diálogo y negociación», afirmó el exvicepresidente. Dicho de otro modo. No hay una fecha límite para que Sánchez se avenga a celebrar el referéndum. Y segunda derivada, cabe suponer que Junqueras, que sigue tejiendo y destejiendo en el partido, nada sabía de lo que iba a decir el president en su discurso del martes. Tal y como informó este diario ese día, JxCat y ERC sí habían pactado asomar el espantajo de la quiebra del apoyo al PSOE en el Congreso si no había un inicio de un diálogo «a fondo» sobre Cataluña. Ni «noviembre», ni «autodeterminación».

De hecho, uno de los primeros errores que asumieron los republicanos de lo sucedido en la pasada legislatura fue, precisamente, la puesta en marcha de fechas límite en el calendario, que dieron nula flexibilidad a Carles Puigdemont. Exactamente lo que hizo, de nuevo, el actual presidente de la Generalitat.

Nadie de entre los republicanos salió en tromba contra Torra. Se guardaron las formas. Sin embargo, el más explícito, sin romper nunca ese protocolo, fue el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. El diputado vino a recetarle un poco de calma al advertirle (con «cariño y respeto») de que «los ultimátum los carga el diablo».

Precisamente el riesgo a que el independentismo caiga en «fuegos de artificio» o acciones «cara a la galería» fue uno de los ejes del discurso del presidente del grupo parlamentario de ERC en el Parlament, en el debate de política general. Sergi Sabrià asumió que los secesionistas «quizá tardarán más» de lo que querían en conseguir la independencia, pero que no dejarán «de avanzar», dijo. Frente a esta solución, que los republicanos entienden como única, no caben «atajos». «Y quien los proponga está engañando», sentenció.

Por su parte, la CUP criticó a Torra por su nula «voluntad de ruptura» con el Estado. «Este pueblo ganará la independencia con ustedes o, si hace falta, contra ustedes», entonó ayer el diputado Carles Riera y acusó a ERC y JxCat de ser un «embudo» entre «el movimiento republicano y la autodeterminación», y una «barrera» entre «el 1-O y la ruptura con el Estado». Por ello, dijo que no apoyarán al Govern.