El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha optado por la peor forma de defenderse ante un tribunal. Al menos si su intención era tratar de convencer a la Sala de que debes ser absuelto. No ha contestado a ninguna acusación y solo ha respondido a su defensa. Eso le ha permitido utilizar un tono pedagógico, similar al que utilizaría en una cámara parlamentaria, con el que podía expresar sin cortapisas el relato que quería hacer de su lucha por lograr la independencia catalana: su búsqueda del diálogo frente a lo que ha llamado "silla vacía".

"Estoy convencido de que se me acusa por mis ideas y no por mis hechos", ha dicho este jueves para declararse "un preso político" al que se juzga "en un juicio político", por lo que ha metido en el mismo saco a todas las acusaciones, la pública y la ejercida por Vox, y se ha negado a responder a fiscalía, la abogacía del Estado y al partido ultraderechista. El fiscal pide para él la pena más alta de los 12 acusados, 25 años de cárcel por rebelión, pena que la acusación popular eleva a 74 años.

Más tarde ha precisado que "retuercen la argumentación" y ha negado haber cometido ningún delito por votar. "Desde mi punto de vista nada de lo que hemos hecho es delito: votar en un referéndum, trabajar por la independencia, no es delito. Las acusaciones dirán lo que consideren oportuno, pero estoy absolutamente en desacuerdo con esa argumentación, que es forzada. Es como si alguien me dijera: usted no ha cometido ningún delito, pero le considero delincuente".

Por la responsabilidad en los hechos que se juzgan que tenía como vicepresidente de la Generalitat Junqueras ha sido el primer acusado en ser llamado por el tribunal para declarar. Se ha levantado con una ligera sonrisa en los labios y ha explicado en un tono pausado que "la traducción consecutiva no es muy práctica" y "no facilita hablar en su lengua materna", pero para él "es un placer poder hablar en castellano", porque le da "la oportunidad" de dirigirse "a la sociedad española después de un año y medio sin hacerlo", en referencia al tiempo que lleva en prisión preventiva.

Intentando una salida política

Una vez ya en la mesa de los acusados que tienen que declarar, Junqueras ha enumerado el programa de ERC y destacó que en los 88 años de historia del partido nunca ha tenido un caso de corrupción. Comparó ha concurrido en todos los procesos electorales y repasó cómo se han producido referéndum en otros países. Citó Suecia, Dinamarca, Reino Unido o Canadá, para centrarse en este último páis y mostrarse partidario de “dar una salida política a esas reinvidicaciones siempre que sean respetuosas con los derechos humanos”. “Hemos intentando e intentaremos una salida política, sea cual se al resultado de este proceso”, ha aseverado.

Por si había alguna duda negó haber utilizado la violencia en algún momento, llegando a decir que es más importante ciertos valores como la preservar convivencia, el progreso económica y social, más que un objetivo político concreto. "Estoy convencido es que la mejor forma de preservar este tipo valores es la república". Para evitar cualquier duda, aún ha precisado: "Antes que demócratas somos buenas personas".

"Silla vacía enfrente"

En este sentido, ha lamentado que en España durante años se han encontrado "una silla vacía enfrente", por falta de interlocución por parte del gobierno central a diferencia de lo ocurrido en otros países, y su reacción ha sido "trasladar el debate a los tribunales". Al otro lado, ha destacado el "carácter ejemplar de las movilizaciones celebradas desde 2010, no desde el 12, como dice el fiscal". Ha señalado que esas movilizaciones realizadas "sin el más mínimo incidente, siempre respetuosas y pacíficas" se produjeron hasta las elecciones impuestas del 21 de diciembre y, "a pesar de las condiciones en que se celebraron se obtuvo una "mayoría independentista", lo que, a su juicio, significa que "esto no se resuelve poniendo gente en la cárcel".

Su relato de los hechos se inicia en la sentencia del Estatut del Tribunal Constitucional, que ha dicho provocó una sensación de "orfandad" en la sociedad y “marcó un punto de inflexión” en mucha gente. Entonces ha dicho que se hace mayoritaria la idea que ellos ya propugnaban desde hace décadas y se plantea una consulta popular. "Nosotros apelamos al sentido democrático que obliga a la administración pública a dar respuesta a las reclamaciones de los ciudadanos que son significativas en la sociedad y desde un punto de vista pacífico".

"Amo España"

"Yo amo a España", ha dicho un Junqueras tan tranquilo que se tomó tiempo a explicar cómo "un republicano catalán" podía hacerlo: "Porque a lo mejor es un reconocimiento entre iguales". "Las urnas son imprescindibles en cualquier solución. Votar no es un delito, impedirlo por la fuerza, sí. En el 9-N a nadie se lo ocurrió impedir por la fuerza, lo que no ocurrió desgraciadamente el 1-O. Las urnas son la solución y la independencia de Catalunya es legítima", ha afirmado.