PP y Ciudadanos reciben un varapalo en plena carrera hacia el 28-A. La Junta Electoral Central (JEC) decidió este lunes desestimar las reclamaciones presentadas por ambas formaciones para que se prohiban las ruedas de prensa que tengan por objeto informar de los decretos aprobados por el Gobierno en el tiempo de descuento que queda hasta las legislativas. El órgano que vela por la neutralidad de los comicios desestima las peticiones de anular las comparecencias que informan del contenido validado en el Consejos de Ministros puesto que considera que el Ejecutivo no ha vulnerado el artículo 50 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg), como apuntan PP y Cs.

La JEC recuerda a los partidos que plantearon la reclamación que, tras esta decisión, pueden interponer un recurso ante el Tribunal Supremo en el plazo de dos meses.

Pablo Casado y Albert Rivera presentaron sus reclamaciones porque consideran que Pedro Sánchez hace "electoralismo" al comunicar a la opinión pública reales decretos aprobados por el Gobierno en periodo preelectoral. Entienden que las ruedas de prensa desde la Moncloa constituyen una utilización de las instituciones de forma partidista y acusan al PSOE de ir "dopado" al 28-A.

La protesta, elevada en primer momento por el PP y a la que se sumó Cs, ha buscado neutralizar el efecto de los denominados "viernes sociales", en alusión a las medidas adoptadas por el Ejecutivo en el Consejo de Ministros. El Gobierno alegó que la JEC no puede actuar de forma preventiva y recordó que los anteriores inquilinos de la Moncloa (del PP y del PSOE) emplearon la misma fórmula sin que entonces hubiese protesta ni sanción alguna.

A nadie se le escapa que la polémica avivada por PP y CS forma parte también de la estrategia de conservadores y liberales por confrontar con un Sánchez que evita reconocer a Casado o Rivera como adversario principal. El líder del PP no ceja en su intento de conquistar esa plaza con reiteradas llamadas al socialista para que acepte un debate cara a cara con él durante la campaña electoral. Sánchez, que sigue sin concretar qué formato acepta y a cuáles derivará a otro representante del PSOE, no tiene especial interés en escenificar un choque de trenes con Casado. Menos aún, encuestas en mano.