El exnúmero uno de ETA Jurdan Martitegi ha declarado sentirse "muy orgulloso" de ser militante de la banda terrorista en un juicio en la Audiencia Nacional. El acusado, al que se le juzga junto a Arkaitz Goikoetxea e Iñigo Gutiérrez por el atentado con coche bomba contra la casa cuartel de Calahorra (La Rioja) del 2008, ha asumido también las "acciones político-militares" de la banda "en su medio siglo de historia" y ha negado legitimidad al tribunal "para juzgar la resistencia vasca".

Los tres etarras han accedido a contestar únicamente a los abogados de las defensas. Martitegi ha expresado que el juicio es "una farsa" y se ha negado a reconocer al tribunal. Goikoetxea ha asegurado que sus declaraciones inculpatorias tras ser detenido no son válidas porque fueron fruto de malos tratos y amenazas, y Gutiérrez ha negado su participación en los hechos. Este ha sido el primer juicio después del comunicado de la banda terrorista del pasado sábado, en el que se comprometieron a sellar "hasta el último arsenal".

El fiscal y la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) solicitan para cada uno de los tres acusados 675 años de cárcel, resultantes de la presunta comisión de 33 asesinatos terroristas en grado de tentativa, uno de estragos, uno de tenencia de explosivos, dos delitos de detención ilegal y otro de robo de vehículo a motor. El atentado, que tuvo lugar el 21 de marzo del 2008, causó heridas a siete personas, dos de ellas guardias civiles, además de cuantiosos daños materiales.

100 litros de amonitol

La pareja de senderistas cuyo vehículo utilizó el comando para cometer el atentado ha declarado por videoconferencia desde Vitoria que se encontraron con "dos personas encapuchadas con pistola en mano", que les esposaron y les quitaron las llaves del vehículo y los teléfonos móviles. A continuación, según su relato, cargaron el Honda Civic con dos bombonas que parecían "de butano", aunque en realidad ocultaban 50 litros de explosivo amonitol cada una. La pareja fue conducida por uno de sus captores, que se despidió del otro con un "Gora ETA", a un escondite del que salieron pasada media hora, como se les había indicado.

También ha declarado en la vista oral un odontólogo que ha relatado las lesiones que sufrió y los desperfectos de su clínica por la explosión del coche-bomba, así como dos testigos de la defensa que han afirmado que el día del atentado estuvieron en un concierto con Gutiérrez.