Cádiz es hoy noticia porque es uno de los pocos lugares donde el cambio sigue su curso. Con toda una declaración de intenciones, José María González Santos, Kichi, recogió este sábado el bastón de mando que lo acredita como alcalde de Cádiz. Él es el único regidor de Podemos que ha mantenido el apoyo de los ciudadanos y ha logrado revalidar la alcaldía, lo que le ha dado pie a exponer públicamente sus diferencias de proyecto respecto al líder de la formación morada, Pablo Iglesias. Así, ha hecho hincapié en que el suyo es un proyecto colectivo e integrador, y ha apelado de nuevo a mantenerse como la gente corriente a la que defienden.

Adelante Andalucía, la confluencia de Podemos e IU, obtuvo 13 concejales en las pasadas elecciones de mayo, a solo un edil de la mayoría absoluta. Por eso, ha bastado con la abstención del PSOE (cinco concejales) para que González Santos fuera reelegido alcalde en primera vuelta, dado que PP (seis concejales) y Cs (tres) han votado a sus propios candidatos. De esta forma, se garantiza un mandato relativamente tranquilo con el apoyo socialista.

El ya regidor, pareja de la líder andaluza de Podemos Teresa Rodríguez, no ha dejado pasar la oportunidad en su intervención para recordar ese equilibrio de fuerzas y subrayar que en la ciudad gaditana la ultraderecha no estará presente este mandato. Y eso es porque gobernamos con la verdad y ponemos a la gente en el centro de toda política, ha dicho, porque cuando la necesidad llama a la puerta no entiende de votos ni de preferencias políticas.

"El faro desde el Sur"

Tras las pasadas municipales, donde Podemos obtuvo unos nefastos resultados, desde Podemos Andalucía no tardaron en reivindicar su proyecto de unidad con otras formaciones de izquierdas, un modelo que rechaza Iglesias y que le ha valido una dura contestación desde la comunidad autónoma en los últimos tiempos. De hecho, transcurridas apenas unas horas de los comicios, el responsable de la Secretaría Política andaluz, Pablo Pérez Ganfornina, usó los resultados andaluces, los mejores de la formación a nivel estatal, como justificación para reclamar la puesta en marcha de un proceso de reflexión interna. Andalucía dijo asumir así la responsabilidad de empujar desde el sur un renacer de esta fuerza política a nivel estatal, subrayando que tanto Cádiz como el modelo andaluz de confluencia debe ser un faro de esperanza desde el sur y el ejemplo a seguir.

Las diferencias entre Kichi, vinculado a la corriente anticapitalista, e Iglesias no solo se refieren al modelo político de partido, también a los valores que la formación asumió desde el principio. El regidor gaditano se ha esforzado en estos últimos años por destacar su vinculación con la gente a la que representa, y de nuevo ha subrayado su compromiso temporal con el Ayuntamiento porque no somos políticos profesionales, sino gente corriente. Como explicamos entonces y mantenemos ahora, la política nunca debemos considerarla como un medio de vida, como un empleo.

Kichi fue precisamente uno de los cargos de Podemos más críticos durante el episodio de la compra de un chalé de 600.000 euros por parte del líder morado y su pareja, la portavoz parlamentaria Irene Montero, apelando al código ético y los principios de la formación. Y hoy ha vuelto a afearlo al destacar que, en su caso, sigue viviendo en el mismo lugar, con las limitaciones salariales y una existencia lo más parecida posible a lo de antes. Y que su horizonte sigue siendo el mismo, volver mañana a las aulas de un instituto público a seguir ejerciendo mi trabajo, que no es otro que la docencia.

No estamos aquí para llenarnos los bolsillos, no estamos aquí como profesión, estamos aquí para recuperar las instituciones y que este Ayuntamiento siga, como los últimos cuatro años, perteneciendo a sus paisanos y paisanas. Y ha dejado claro cuál debe ser el papel de los líderes de la formación: debemos seguir como hasta hora: con un pie en cada espacio.