Pedro Sánchez ha dejado claro este martes ante sus diputados que la labor que realizarán a partir de ahora, tras su victoria en las primarias, será muy distinta respecto a la llevada a cabo en los últimos meses. Desde la forzada dimisión del secretario general, en octubre, la prioridad del PSOE, pilotado por una gestora muy cercana a Susana Díaz, ha sido arrancar compromisos sociales al PP y pactar con el resto de la oposición iniciativas para tumbar las leyes conservadoras más polémicas, pero eso, ha explicado Sánchez, ha cambiado. “La prioridad es cambiar el Gobierno”, ha dicho el nuevo líder a sus diputados, que permitieron con su abstención la continuidad del Ejecutivo.

“Solo competimos con el PP. Por eso debemos marcar una hoja de ruta clara”, ha continuado Sánchez antes de pedir decencia a unMariano Rajoy que “ampara la corrupción y la impunidad”. Esa hoja de ruta pasa por la creación de una “mesa por el cambio”liderada por el PSOE, que buscará que Podemos y Ciudadanostengan allí un papel preferente.

Sánchez vuelve a intentar, como a principios del pasado año, un entendimiento entre Pablo Iglesias y Albert Rivera. Ambos dirigentes ya le han dicho que se desengañe, pero él insiste. “¿Cuántos metros podemos avanzar juntos? ¿15, 20, hasta la Moncloa? No lo sé, pero empecemos a andar”, ha continuado el líder socialista, que solo planteará una moción de censura si cuenta con el apoyo de morados y naranjas. Esta “mesa por el cambio” servirá como ensayo de un entendimiento más amplio, pero en ella también estarán invitados el resto de grupos, pese a que el PSOE ya ha descartado sustentar en los partidos independentistas una alternativa de gobierno al PP. Con ERC y el PDECat lo que busca es llegar a pactos concretos para derogar la obra legislativa de Rajoy.

Por el momento, Sánchez ha anunciado que llamará a Iglesias y Rivera para pedirles una reunión la próxima semana. “Me imagino que por separado, pero en el formato que ellos quieran”, ha explicado. Su primera propuesta será pactar entre los tres un plan de rescate para los jóvenes.

LA DIFÍCIL ELECCIÓN DEL PORTAVOZ

La victoria de Sánchez en las primarias también es, en parte, la derrota del grupo socialista en el Congreso. La mayoría de sus 84 diputados apoyaban a la presidenta de la Junta. Muy pocos se posicionaron junto a nuevo secretario general, de ahí que este, que ha buscado rodearse casi exclusivamente de fieles para evitar “traiciones” como las del año pasado, tuviera tantos problemas para elegir a su nuevo portavoz en la Cámara baja. La primera opción era Adriana Lastra, pero esta puso objeciones. Tras darle muchas vueltas, optó por Margarita Robles, independiente, exmagistrada del Supremo e integrante del grupo de 15 parlamentarios que rompieron la disciplina en la investidura de Rajoy y votaron en contra.

Pese a la distancia que ha separado a Sánchez, que renunció a su escaño para no abstenerse ante el líder del PP, y los parlamentarios socialistas en los últimos meses, el secretario general ha sido recibido con un aplauso a la entrada de la reunión. Él ha ido saludando y abrazando a todos los diputados y senadores. También a sus más cercanos colaboradores en el pasado, que cambiaron de bando en cuanto Sánchez dimitió. Con César Luena y Óscar López ha sido frío. Con Antonio Hernando, más cálido.