El último episodio protagonizado por Gabriel Rufián en el Congreso ha colmado la paciencia de la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, quien ha acabado expulsando al diputado de ERC y, de paso, llamando al orden a todas sus señorías por las "impresentables" faltas de respeto que se han vivido en las últimas sesiones de control y denunciando el insulto machista que le dedican algunos diputados.

Tras el incidente con Rufián, Pastor ha querido aprovechar para regañar a todos los parlamentarios por el nivel de crispación que se está registrando en el hemiciclo. "Esta es la casa de la palabra, pero no se puede utilizar para insultar", ha asegurado, antes de anunciar su decisión de retirar del diario de sesiones los calificativos de "golpista" y "fascista" que se intercambian Ciudadanos y ERC desde sus escaños.

"Estos diarios de sesiones se leerán dentro de 100 años y esta generación, que probablemente tuviéramos que representar lo mejor de la historia España después de 40 años de democracia, estamos demostrando, especialmente en el pleno de miércoles, que no utilizamos bien la palabra que nos han dado los españoles para representarles y no utilizamos tampoco bien nuestro modo de estar", ha afirmado Pastor.

"LA INSTITUTRIZ"

La presidenta del Congreso ha subrayado que "no solo hay insultos verbales", sino también faltas de respeto a la presidencia y actitudes "impresentables". Además, ha revelado que ha oído que se refieren a ella como "la institutriz" cuando pide silencio o llama al orden por los murmullos. Ha considerado que se trata de un "insulto machista".

"Quiero que sepan que no hay honor mayor que presidir este pleno, pero también les digo que no voy a permitir que cosas como las que han ocurrido esta mañana vuelvan a ocurrir en el hemiciclo", ha añadido, muy emocionada.