Mariano Rajoy confesó ayer que se quedó "muy triste" tras saber que había perdido las elecciones generales en Pontevedra, ciudad en la que, recordó, ha vivido "toda la vida".

"Me llevé un disgusto colosal, para qué voy a decirle otra cosa", comentó Rajoy a los periodistas, y añadió: "Fue un palo político muy importante". "Será que no le gusto a la gente", concluyó.

No obstante, manifestó su voluntad de "seguir trabajando" para ganar las elecciones europeas del 13-J y las próximas generales, después.