Nada más anunciar el adelanto electoral, tras fracasar en su intento de que ERC y el PDECat apoyaran la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado, Pedro Sánchez comenzó a hacer actos por casi todas las provincias españolas. El presidente del Gobierno viajó a Jaén, León, Cáceres, Zamora y Logroño, entre otros municipios, apelando a la llamada España vacía y rural, donde están en juego cerca de 100 escaños, cruciales para el resultado del 28 de abril. Pero esa etapa está a punto de acabarse. Ahora, a las puertas de la campaña, los socialistas se centrarán en el voto urbano y sobre todo en el indeciso -un colectivo que, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), representa al 25,3% del electorado-, con el jefe del Ejecutivo recorriendo alrededor de 15.000 kilómetros para protagonizar 24 mítines durante las próximas dos semanas.

Sánchez visitará todas las autonomías, pero en ninguna realizará tantos actos como en Cataluña. Serán cuatro. Pese a que intenta que el conflicto territorial no ocupe apenas espacio en la mayoría de sus intervenciones, al contrario de lo que hacen Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, Sánchez quiere volcarse en tierras catalanas, de donde proceden 47 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados. Con el PSC en su mejor momento de los últimos años, situándose cerca de las posiciones de ERC, al que todas las encuestas colocan en primer lugar en Cataluña.

Los otros dos territorios donde el líder del PSOE tendrá más presencia serán la Comunidad Valenciana y Andalucía. El primero también celebra elecciones autonómicas el 28 de abril, y el actual presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, no tiene para nada asegurada la reelección, aunque cuenta con posibilidades, ya sea reeditando su pacto con Compromís y Podemos o bien intentando uno nuevo, bastante más complicado a primera vista, con Ciudadanos. Puig decidió adelantar sus comicios, que en principio debían celebrarse el próximo 26 de mayo, junto a las municipales y la mayor parte de las autonómicas, para intentar beneficiarse del efecto arrastre que tiene Sánchez desde que llegó a la Moncloa.

Andalucía, por último, continúa siendo el principal granero de votos para el PSOE. Sánchez quiere mejorar ampliamente el resultado que Susana Díaz obtuvo en las autonómicas del pasado diciembre, cuando ganó los comicios con un 27,95% de los votos pero se vio forzada a abandonar el poder, tras 36 años de Gobierno socialista, debido al pacto alcanzadoentre el PP, Ciudadanos y Vox.