La presidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell, dijo el martes en Bruselas que «Europa es una Europa de Estados y los Estados se defienden entre ellos» y la cumbre informal de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE de Tallin (Estonia) ha constatado que no se equivoca. Pese a la ausencia de Mariano Rajoy, la delegación española ha conseguido que su mensaje sobre la ilegalidad del referéndum cale entre sus socios europeos.

«Parto de un principio claro. Entre estados miembros no tenemos lecciones que darnos. Yo conozco un interlocutor y es España. Tengo un interlocutor en la mesa y es Mariano Rajoy. No tengo consejos que dar. Hace falta siempre diálogo y serenidad en la vida política pero tengo confianza en la determinación de Mariano para defender el interés de toda España», zanjó ayer contundente el presidente francés, Emmanuel Macron.

Y lo mismo el italiano Paolo Gentiloni, totalmente reacio a meterse en la cocina política española. «Como estados de la Unión Europea respetamos en nuestra casa y en la casa de los demás las leyes de cada país sin entrometernos en dinámicas internas pero haciendo referencia a las leyes vigentes», dijo el italiano.

SOLUCIÓN POLÍTICA

Los mandatarios de Francia e Italia fueron ayer los de mayor peso político en cerrar filas públicamente con Rajoy, pero no los únicos. «En España hay una Constitución y debe ser respetada», advirtió el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, convencido también de que es necesaria una «solución política que respete el marco constitucional». El presidente rumano, Klaus Werner Iohannis, mientras tanto, puso el acento en la necesidad de mantener Europa unida. «No ayuda a nadie tener partes de la Unión Europea con referéndums de este tipo», dijo.

Los dirigentes europeos parten de la base de que sigue siendo «un asunto interno español», pero no esconden su profunda preocupación. «El Gobierno español es quien mejor sabe qué hacer y estoy convencido de que lo harán. No tengo miedo pero sí estoy preocupado» porque «es un asunto que nos afecta a todos», admitió Iohannis. «No es fácil. Es delicado pero esperamos que se mantengan fuertes», añadió la presidenta lituana, Dalia Gribauskaite.

También volvió a pronunciarse el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, invitado también a la cumbre. El italiano insiste en que Madrid tiene razón, que el referéndum es ilegal y que se trata de un problema interno de España, pero a partir del lunes será necesario dialogar. «A nivel jurídico Madrid tiene razón pero creo que es importante también intentar hablar a nivel político después del lunes y respetar las leyes, las leyes de Cataluña y las leyes de España», reivindicó.

Al contrario que el presidente de la Unión Europea, Donald Tusk, que optó por evitar en sala de prensa el debate, el conservador italiano no escurrió las preguntas. Descartó la mediación de las instituciones europeas, que el Gobierno de Rajoy ni ha pedido ni quiere, e insistió en que «la ley debe respetarse» y que «todos esperamos una solución pacífica y democrática» porque «en política no puede haber violencia».

Mucho más cauteloso estuvo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que esta vez no se salió del guion y evitó lanzar un mensaje confuso como ocurrió la semana pasada, que tuvo que aclarar sus palabras. «Estamos muy comprometidos con el respeto del Estado de derecho, el TC español ha dictado una sentencia, el Parlamento español ha tomado una decisión. Ahí nos quedamos», zanjó.