Eduardo Madina dará este viernes al mediodía el paso más importante de su carrera política: presentarse a la secretaría general del PSOE. La meta del diputado, nacido en Bilbao en 1976, no es producto de ninguna operación improvisada: lleva casi dos años preparando su proyecto, e incluso antes, después de que los socialistas perdieran las generales del 2011, ya había recibido múltiples presiones para liderar el partido. Si entonces no se vio capaz, ahora va a por todas, en una última parte del camino que no ha sido nada sencilla.

Los mismos que entonces le pidieron que diera el paso le reclamaban ahora, e incluso le exigían, que no se lanzara, porque no iba a tener ninguna opción frente a la presidenta andaluza, Susana Díaz, impulsada por casi todos los barones. El ejemplo más claro de este cambio de criterio se encuentra en José Luis Rodríguez Zapatero. Pero Madina se mantuvo firme, forzó el voto directo de los militantes en el congreso socialista, Díaz se retiró al no lograr la aclamación que buscaba y ahora él aparece como ligero favorito frente al otro aspirante con posibilidades, el también diputado Pedro Sánchez.

El atentado y la ausencia de odio

Madina tiene un relato y una épica. En el 2002, cuando tenía 25 años, ETA le puso una bomba en el coche y perdió su pierna izquierda. "Quienes han presionado con malas formas a Eduardo no se dan cuenta de quién es y lo que ha pasado. No son conscientes de su firmeza. Es alguien que perdió una pierna siendo un chaval, y pese a eso, nunca ha tenido una mala palabra", señala un importante dirigente del PSOE. "Nunca tuve odio. No creo que la distancia mayor con quienes me pusieron la bomba sea el odio, porque eso es lo que ellos me tuvieron a mí. La distancia mayor está en la casi indiferencia. Solicitud de justicia, por supuesto, pero en la indiferencia", dijo Madina a este diario en octubre del 2011, poco después de que la banda terrorista anunciara el cese definitivo de la violencia.

El diputado, que rechazó ser portavoz del Grupo Socialista, liderar a los socialistas vascos, convertirse en el cabeza de lista a las europeas y sumarse al proyecto de Carme Chacón, también tiene un proyecto bien madurado y apoyos en todos los territorios. La autonomía más claramente madinista es Extremadura, pero en Catalunya, por ejemplo, también cuenta con muchos adeptos. El suyo es un movimiento que arranca desde el Congreso de los Diputados, y en él han colaborado parlamentarios catalanes como Francesc Vallès y Àlex Sáez.

La inexperiencia y los recelos

Pero Madina también provoca vértigo: por su inexperiencia, por no haber tenido nunca cargos en ningún gobierno, por su fama de tener un temperamento volátil y porque el precedente de Zapatero (otro desconocido sin currículo dilatado) y la situación en la que dejó el PSOE siguen pesando mucho en el partido. Él lo sabe. Por eso, una de las partes de su candidatura a la que más tiempo ha dedicado es a la economía, y por eso también se ha dejado aconsejar por políticos con un dilatado currículo. Un ejemplo: Javier Solana.

A las 12.30, en el Senado, el vasco dará por fin el paso. Será frente al busto de Ramón Rubial, el ya fallecido expresidente del PSOE, referente ético en el partido. Al día siguiente, en su Vizcaya natal, tendrá un acto con militantes, cuyo voto en este congreso (la consulta será el 13 de julio) se debe en gran parte a que Madina lo ha forzado.