Las expresiones más utilizadas este viernes por Eduardo Madina durante su lanzamiento al liderazgo del PSOE han sido tres: "tiempo nuevo", "'shock' de modernidad" y el retorno del partido a una "voluntad de mayoría". En el Senado, frente al busto del histórico dirigente Ramón Rubial, el diputado vasco, ligero favorito en la contienda frente a Pedro Sánchez, ha querido trasladar una imagen de alguien distinto, ligado a la mejor tradición del socialismo pero sin peajes previos, alguien que puede llevar al PSOE, en las horas más bajas de su historia en democracia, a un "tiempo nuevo".

"Quiero que el PSOE vuelva a su voluntad de mayoría, que impulse un 'shock' de modernidad, que es lo que necesita España. El país tiene retos de una enorme profundidad. La primera comienza en casa. Yo he aportado mi granito de arena para que los militantes elijan al próximo líder", ha dicho, resaltando que si las bases del PSOE podrán votar de forma directa a su secretario general es en gran parte debido a que él lo reclamó.

Los debates y el federalismo

Como Sánchez, Madina se ha mostrado partidario de los debates entre aspirantes, y también ha defendido la reforma de la Constitución para pasar del actual modelo territorial a uno de tipo federal. Este aspecto es clave para lograr el apoyo de los afiliados al PSC, algo que contará mucho a la hora del desenlace, que se conocerá el próximo 13 de julio, día de la consulta a las bases. Catalunya sigue siendo la segunda autonomía con mayor número de militantes socialistas, solo superada por Andalucía. Los "lazos de unión" entre los dos partidos, ha dicho, deben "fortalecerse, porque vertebran el conjunto del país. Con un PSOE y un PSC fuertes, este país tiene esperanza".

Sobre la disyuntiva entre Monarquía o República ha sido menos claro, pero no ha dado muestras de querer impulsar un cambio de este tipo. "Creo en un PSOE productor de convivencia, no en un PSOE rupturista de la convivencia", ha señalado.

El candidato de las bases

Madina se ha presentado como el candidato de las bases, frente a un Sánchez que este jueves lanzó varios guiños a los barones que intentaron lanzar sin éxito a la dirigente más poderosa del partido, Susana Díaz, la presidenta andaluza, que finalmente declinó presentarse. "Lo que espero es que haya libertad entre los militantes. Este será un congreso histórico, porque por vez primera en los 130 años de historia los afiliados elegirán al secretario general", ha explicado. Para garantizar que todos los aspirantes compiten en "igualdad de condiciones", Madina dejará su puesto en la ejecutiva socialista, el órgano encargado de velar por todo el proceso de relevo.

Un proyecto trabajado

La meta del diputado, nacido en Bilbao en 1976, no es producto de ninguna operación improvisada: lleva casi dos años preparando su proyecto, e incluso antes, después de que los socialistas perdieran las generales del 2011, ya había recibido múltiples presiones para liderar el partido. Si entonces no se vio capaz, ahora va a por todas, en una última parte del camino que no ha sido nada sencilla.

Los mismos que entonces le pidieron que diera el paso le reclamaban ahora, e incluso le exigían, que no se lanzara, porque no iba a tener ninguna opción frente a Díaz. El ejemplo más claro de este cambio de criterio se encuentra en José Luis Rodríguez Zapatero. Pero Madina se ha mantenido firme: forzó el voto directo de los militantes en el congreso socialista, Díaz se retiró al no lograr la aclamación que buscaba y ahora él aparece como ligero favorito.

El atentado y la ausencia de odio

Madina tiene un relato y una épica. En el 2002, cuando tenía 25 años, ETA le puso una bomba en el coche y perdió su pierna izquierda. "Quienes han presionado con malas formas a Eduardo no se dan cuenta de quién es y lo que ha pasado. No son conscientes de su firmeza. Es alguien que perdió una pierna siendo un chaval, y pese a eso, nunca ha tenido una mala palabra", señala un importante dirigente del PSOE. "Nunca tuve odio. No creo que la distancia mayor con quienes me pusieron la bomba sea el odio, porque eso es lo que ellos me tuvieron a mí. La distancia mayor está en la casi indiferencia. Solicitud de justicia, por supuesto, pero en la indiferencia", dijo Madina a este diario en octubre del 2011, poco después de que la banda terrorista anunciara el cese definitivo de la violencia.

El diputado, que rechazó ser portavoz del Grupo Socialista, liderar a los socialistas vascos, convertirse en el cabeza de lista a las europeas y sumarse al proyecto de Carme Chacón, también tiene un proyecto bien madurado y apoyos en todos los territorios. La autonomía más claramente madinista es Extremadura, pero en Catalunya, por ejemplo, también cuenta con muchos adeptos. El suyo es un movimiento que arranca desde el Congreso de los Diputados, y en él han colaborado parlamentarios catalanes como Francesc Vallès y Àlex Sáez.

La inexperiencia y los recelos

Pero Madina también provoca vértigo: por su inexperiencia, por no haber tenido nunca cargos en ningún gobierno, por su fama de tener un temperamento volátil y porque el precedente de Zapatero (otro desconocido sin currículo dilatado) y la situación en la que dejó el PSOE siguen pesando mucho en el partido. Él lo sabe. Por eso, una de las partes de su candidatura a la que más tiempo ha dedicado es a la economía, y por eso también se ha dejado aconsejar por políticos con un dilatado currículo. Un ejemplo: Javier Solana.

La campaña, por tanto, ha comenzado. Madina celebrará el sábado un acto con militantes en su Vizcaya natal. "El compromiso es siempre un paso adelante y nunca un paso atrás", ha concluido este viernes a mediodía.