Buenas intenciones, pero pocos avances. El ministro de Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, y su homólogo británico, Jack Straw, celebraron ayer en Londres su primer encuentro formal. Ambos se comprometieron a recuperar el diálogo sobre Gibraltar con "espíritu constructivo", aunque admitieron que no se había fijado ninguna fecha para iniciar las conversaciones.

Los dos ministros insistieron en trasladar una impresión de cordialidad y buena sintonía en la rueda de prensa celebrada tras la entrevista. Moratinos explicó que ambos gobiernos seguirán los contactos para resolver el conflicto del Peñón en el marco del Proceso de Bruselas, que data de 1984. Y reconoció que, aunque Gibraltar fue uno de los asuntos tratados, no había sido el tema principal de la entrevista.

El ambiente amigable y distendido de la rueda de prensa sólo se vio alterado cuando, tras una apasionada pregunta de un periodista británico, Straw calificó de "inaceptable" la actitud de España de prohibir la entrada en los puertos españoles a aquellos cruceros de bandera no comunitaria que hayan pasado por Gibraltar. Moratinos quiso restar importancia al problema. Negó que se trate de un "caos", como lo había calificado el periodista, y dijo que espera que el conflicto se solucione pronto.

"SOCIO FUNDAMENTAL" Además, insistió en que España quiere tener con Londres "la relación más privilegiada posible, ya que Gran Bretaña es un socio fundamental para la Unión Europea". Y anunció que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, visitará este país en breve.

Durante la reunión se abordaron también las diferencias en torno a la Constitución Europea, asunto sobre el que se mostraron optimistas. No obstante, admitieron que hay "pequeños desacuerdos", como el sistema de voto, pero los consideraron "salvables", y Moratinos apuntó que se estaba "muy cerca" de un acuerdo.