El ex primer ministro de Francia Manuel Valls anunció ayer su candidatura para ser «el próximo alcalde de Barcelona» con una plataforma ciudadana con la que pretende concurrir a las elecciones municipales de 2019. «Quiero ser el próximo alcalde de Barcelona», diJo Valls en un acto celebrado en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, en el que cargó contra «los populismos, los nacionalismos y la demagogia» y, sobre todo, contra un proceso independentista que ha sumido a Barcelona, según sus palabras, en una «encrucijada de incertidumbres».

El ex primer ministro francés, nacido en la capital catalana hace 56 años, quiso dejar claro que aspira a la alcaldía como candidato «independiente», aunque haya recibido el apoyo de Ciudadanos, y con una plataforma ciudadana «transversal, amplia y abierta» para que la capital catalana vuelva a ser «una ciudad de referencia».

Para ello, y pese a definirse como un «hombre de izquierdas» y con «valores republicanos», aseguró estar abierto al «diálogo» para configurar una candidatura de «progreso, inclusiva y fuerte» así como un proyecto «ambicioso.

«Me pongo al servicio de Barcelona y de todos los barceloneses», clamó el aspirante a la alcaldía, que volvió a utilizar las características baldosas de las calles de la capital catalana como telón de fondo. Entre el reducido grupo de invitados al acto solo asistió el diputado de Ciudadanos en el Parlament Nacho Martín Blanco.

Valls defendió que Barcelona debe ser «el inicio de la solución» a la situación de Cataluña, así como «un punto de encuentro y un espacio de convivencia», frente a los que alientan «la confrontación constante y la utilización de un espacio público que excluye a la gran mayoría de los barceloneses».

Valls anunció que renunciará a todas sus responsabilidades políticas en Francia. «La próxima semana dimitiré de todas mis responsabilidades en Francia», concluyó.