Pasqual Maragall apeló a los asistentes al 10º Congreso del Partido Socialista de Cataluña (PSC), que se inauguró ayer en Barcelona, a defender un patriotismo social, con el que, según dijo, se hará más por la paz, la justicia y la patria "que con los discursos de todos los partidos que sólo hablan de la patria".

La intervención del presidente del PSC en la sesión inaugural del cónclave de su partido se centró en la exposición de su proyecto catalanista. Pero tampoco evitó cuestiones polémicas, especialmente al expresar su punto de vista sobre la formación de la nueva comisión ejecutiva.

LUGAR DE DESTINO Maragall se mostró contundente al señalar que "la nación ya no es lo que era". Contrapuso el pasado, en el que las personas nacían, vivían y morían en un mismo lugar, con la actualidad. Las naciones, explicó, son ahora más el lugar de destino que el de origen: "Se definen más por su proyecto social y por la convivencia que por su fidelidad al pasado", concretó.

El presidente de los socialistas catalanes aseguró que, "en un cierto sentido", estaba harto de hablar de naciones. "El nacionalismo cansa. Nos une, pero finalmente acaba hartando; se lo come todo, puede destruir los perfiles de los grupos, de las personas, de los pueblos, reducidos todos a unidades indistintas del todo, a banderitas ondeando en un mundo rojo y dorado", afirmó.

Ovacionado por los delegados, Pasqual Maragall les instó a tener claro que "el auténtico patriotismo tiene poco que ver con la ideología, tiene que ver con los sentimientos de respeto y dignidad y tiene que ver con el orgullo de pertenecer a un país que ofrece a sus ciudadanos más de lo que les reclama".

UNIDAD Aprovechando la presencia del secretario de organización del PSOE, José Blanco, Maragall reivindicó el pacto de abril de 1977 que estableció el proceso de unidad socialista en Cataluña y que dio origen al PSC. Reclamó que se respete "en todos sus términos". "Y lo respetaremos", prometió Maragall, quien de forma implícita planteó un tema tabú: la recuperación del grupo parlamentario propio en el Congreso, contemplado en el pacto de 1997.