El presidente de la Generalitat catalana aseguró ayer que el 11-M "obligará" a los países a ponerse de acuerdo en soluciones para hacer frente a la amenaza del terrorismo integrista que no pasen por que "una gran potencia decida por todos". "Ya hemos visto --agregó-- que por ahí no vamos a ninguna parte". Pasqual Maragall señaló que el 11-M "ha marcado un antes y un después" al constatar que el 11-S no fue un episodio aislado y advirtió de que "el terrorismo de raíz religiosa está aquí como una realidad innegable".