La bronca en el Congreso en la que Albert Rivera le soltó el miércoles a Mariano Rajoy un «hasta aquí hemos llegado» sigue coleando. Mientras el presidente del Gobierno intentaba ayer minimizar la amenaza de su socio y le pedía calma, el líder de Cs volvió a atizarle

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, minimizó ayer el choque con Albert Rivera, quien el miércoles dio por roto el acuerdo con el PP en torno al conflicto catalán. El líder conservador calificó de «episodio poco importante» la amenaza lanzada por el líder de Ciudadanos tras una bronca sesión de control en el Congreso, en comparación con otro «episodio más importante», en referencia a necesidad de poner en marcha el 155 para intervenir Generalitat. «Yo soy optimista, ha funcionado el pacto y haré lo que sea necesario para mantenerlo», ha manifestado en una entrevista en Antena 3.

El problema se sustancia en que los naranjas exigen a Rajoy que recurra el voto delegado de Toni Comín y Carles Puigdemont pero el Ejecutivo no puede, según ha explicado el presidente, porque la Abogacía del Estado considera que «no tiene legitimación» para impugnarlo. Para el presidente, este conflicto es un «tema menor» y en la vida conviene ir «a la mayor».

En este contexto, dejó un recado para su socio de investidura: «Ambas partes deben hacer un esfuerzo no solo para cumplirlo [el acuerdo] sino para generar un clima tranquilo».

Casi al mismo tiempo, el líder naranja concedía una entrevista en Telecinco en la que no incidió en su intención de romper el pacto pero sí continuó con sus puyas al PP, al señalar que este ha pactado con el PNV y ERC «como salir del lío» catalán y por eso no aplica el 155 «de manera seria» y no recurre la delegación del voto. Rivera ha pedido además a Rajoy que no levante la intervención hasta que no haya un «compromiso de respeto» al marco constitucional por parte del nuevo Govern, informa Juan Carlos Rosado.

Y es que el choque se circunscribe al procés y no afecta a los Presupuestos, que Ciudadanos apoyará. A este respecto, Rajoy tachó de «urgencia nacional» que se forme un Ejecutivo autonómico que no «divida a la gente, que intente ser de todos y que cumpla la ley». Si se dan estas circunstancias, ha vuelto a comprometerse a dialogar con el president que sea elegido. «Por mi parte haré todo lo que esté en mis manos para normalizar la situación», remachó.

En esta línea, ha tildado de «disparate» que se repitan las elecciones y ha considerado «normal» que haya discrepancias entre diversos jueces sobre si los políticos catalanes procesados cometieron o no rebelión.

Por otro lado, el presidente ha minimizado las desavencias entre Soraya Saénz de Santamaría y Dolores de Cospedal, que se volvieron a poner de manifiesto en la recepción en Madrid con motivo de la festividad del Dos de Mayo. Rajoy no entró a especificar si se llevan o no bien, tan solo señaló que para él es un «tema muy pequeño» y el debate «machista» porque si fueran «dos señores» no se hubiera puesto el foco en su relación personal. Asimismo, alabó la gestión de ambas.

Como en cada entrevista, Rajoy tuvo que enfrentarse a preguntas sobre la corrupción en su partido. En este contexto, mostró su apoyo a Alberto Ruiz Gallardón, recientemente imputado por el caso Lezo. «Yo no creo que se vea afectado por nada de esto», porque es una persona «honrada, decente y competente», señaló. Si bien no es la primera vez que el líder del PP respalda a uno de los suyos investigado por los tribunales y luego se tiene que retractar de sus palabras.

Además, el presidente aseveró que se llevó un «disgusto» cuando vio el vídeo de Cristina Cifuentes robando en un supermercado. Rajoy dijo desconocer dicha filmación y afirmó que siempre se disgusta cuando políticos, de su partido u otros, protagonizan «acontecimientos que a la gente no le gusta».

Por último, aseguró que aplicará la «ley» y no variará su política penitenciaria después de la disolución de ETA y ante su posible reeleción cara al 2020 volvió a tirar balones fuera al manifestar que ese año estará «donde diga su partido y los españoles».