La ciudad de León, cuyos vecinos siguen conmocionados por el asesinato de Isabel Carrasco, se ha volcado durante todo el día en la despedida de la que era la presidenta de su Diputación y del PP provincial, asesinada ayer a tiros en lo que parece ser una venganza personal.

El palacio de los Guzmanes y la Catedral han acogido, respectivamente, la capilla ardiente y el funeral, lugares a los que se han acercado miles de ciudadanos para rendir tributo a una mujer que era toda una personalidad en León por su fuerte carácter y su convicción a la hora de defender aquello en lo que creía.

Si la sociedad civil se ha volcado en las honras fúnebres de Carrasco, fallecida a los 59 años, también ha sido total la respuesta de la clase política, que, con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la cabeza, ha visitado la capilla ardiente y horas después ha asistido al funeral.

A lo largo del día se han vivido numerosos momentos de dolor, pero sin duda ninguno superado por la llegada a la capilla de la única hija de la víctima, Loreto González Carrasco, de 36 años, que ayer recibió en Madrid, donde trabaja como veterinaria, la noticia del asesinato de su madre.

"Mi mama, mi mama", murmuraba la joven, abatida y entre sollozos, mientras era recibida por la autoridades en la puerta de la Diputación.

Allí ha sido consolada por Rajoy que ha estado más de una hora con la familia y ha destacado la valía de esta dirigente de su partido, de la que ha destacado especialmente que le apoyó "en los momentos difíciles".

Desde la capilla ardiente, el presidente se ha dirigido a la sede del PP en León, donde ha pedido a los dirigentes de su partido en Castilla y León que "sigan adelante" porque, ha recalcado, "no hay otra".

En la reunión, Rajoy ha afirmado que la muerte de Isabel Carrasco "no se puede razonar". "Es un acto cruel y absurdo que no resuelve nada", ha añadido el presidente del Gobierno, quien ha pedido a sus compañeros del PP que apoyen a la familia.

Rajoy también ha encabezado por la tarde en la catedral el funeral oficiado por los obispos de León, Julián López; Astorga (León), Camilo Lorenzo, y el auxiliar de Santiago de Compostela, Jesús Fernández.

En su homilía, el obispo de León ha ensalzado la labor política de Carrasco a favor de su tierra y de toda la Comunidad castellanoleonesa.

El prelado ha señalado que "es de justicia" reconocer la "gran dedicación" de Carrasco tanto hacia León como hacia la comunidad en general en los distintos puestos que ocupó a lo largo de su carrera política, y especialmente ha subrayado su impulso en la restauración del patrimonio religioso en los pequeños pueblos de la provincia.

Una bandera de España con un ramo de flores ha cubierto el féretro situado frente al altar durante esta ceremonia, que ha durado poco menos de una hora.

Finalizado el funeral, los restos mortales de Isabel Carrasco fueron trasladados al cementerio leonés de Puente Castro para ser incinerados en la intimidad familiar.

El féretro abandonó la catedral de León entre los aplausos de miles de ciudadanos y autoridades, seguido de dos vehículos más en los que viajaban los familiares más allegados, los únicos que se han trasladado al cementerio para asistir a la incineración.

Isabel Carrasco falleció ayer en torno a las 17.20 horas abatida a tiros cuando se dirigía desde su domicilio a la sede del partido para acudir desde allí al mitin organizado por el PP en Valladolid y en el debía intervenir Mariano Rajoy, acto que finalmente fue suspendido.

Dos mujeres, María Montserrat González Fernández, de 55 años, y su hija, Montserrat Triana Martínez González, de 35, la cual había perdido un contencioso laboral con la Diputación, están detenidas por su presunta vinculación con el crimen.

La Policía mantiene que la principal hipótesis con la que trabaja sobre el asesinato de Isabel Carrasco es la de la "venganza personal", al parecer por el despido de la institución provincial de una de Montserrat Triana Martínez González.