El Gobierno, en un nuevo giro de su guión, vuelve a ligar la duración de esta atípica legislatura a la suerte que corran los Presupuestos Generales del Estado. A dos semanas del debate en el Congreso de las enmiendas a la totalidad de las cuentas públicas, que coincidirá con el inicio del juicio al 'procés', la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha asegurado este martes que si el Gobierno no logra sacar adelante su proyecto, convocará comicios generales anticipados, abortando así el deseo expresado por el presidente, Pedro Sánchez, de llevar la legislatura hasta su culminación, en el 2020.

"Si no se aprueban los Presupuestos, habrá elecciones en el 2019. Creo que eso es lo que el presidente tiene en la cabeza", ha dicho Montero en TVE.

Las fechas posibles para las generales serían dos. Por un lado, hacerlas coincidir el próximo 26 de mayo con las autonómicas, municipales y europeas. Sin embargo, esta posibilidad suscita mucho rechazo entre los líderes territoriales socialistas, que no quieren ligar su suerte a la de Sánchez y creen que un 'superdomingo' eclipsaría sus propias campañas, viéndose arrastrados por otros debates. Sobre todo, el de la actitud del Gobierno con los partidos independentistas, a quienes necesita para aprobar los Presupuestos.

CONFIANZA EN LA TRAMITACIÓN

El presidente, por el momento, confía en lograr al menos la tramitación de las cuentas (la aprobación final vendría después), algo que pasa porque ERC y el PDECat no presenten sus propias enmiendas a la totalidad ni apoyen las ya anunciadas del PP y Ciudadanos. Si el Ejecutivo consigue pasar estos primeros escollos y envía el proyecto al Senado, ya se habrá superado la fecha límite para convocar las generales en mayo.

La otra posibilidad reside en celebrar las generales en otoño, tras las municipales y autonómicas, en las que el PSOE, que hace cuatro años recuperó muchos territorios gracias a sus pactos con Podemos, puede perder varios gobiernos, como los de Castilla-la Mancha, Aragón y Extremadura, en la estela de lo que ocurrió el pasado diciembre en Andalucía, donde la derecha ha alcanzado el poder por vez primera en democracia gracias al entendimiento entre el PP, Ciudadanos y Vox. Si estos acuerdos se reproducen en otras partes de España, Sánchez podría hacer una campaña de las generales muy marcada por el supuesto peligro de que la derecha vuelva a la Moncloa, intentando así reactivar al electorado del PSOE.

El mensaje de Montero, en cualquier caso, pretende presionar al PDECat y ERC para que respalden los Presupuestos. Ninguno de los dos partidos quiere elecciones generales anticipadas, pero el debate de las cuentas coincide con el inicio del juicio en el Tribunal Supremo a los principales dirigentes del 'procés', algo que complica su hipotético apoyo. Por el momento, la encargada de llevar las negociaciones es la vicepresidenta, Carmen Calvo, en una muestra de que el debate sobre el futuro de las cuentas con el independentismo es mucho más político que económico. "Estamos hablando del Estatut, del cumplimiento de la ley y de cuentas públicas. No han hecho ninguna propuesta en concreto, pero sabemos que tienen interés en que se mejoren algunas partidas presupuestarias", ha explicado Montero.

LAS DISTINTAS VERSIONES

La ministra de Hacienda, por último, ha insistido en que el adelanto de los comicios si no hay Presupuestos supondría que Sánchez cumpla con "lo que dijo". Es verdad, pero solo hasta cierto punto. A finales de septiembre, en Nueva York, el jefe del Ejecutivo señaló que si los partidos independentistas "priorizan el conflicto", entonces "habrá elecciones". Sin embargo, poco después evitó trasladar el mismo mensaje. El pasado 28 de diciembre, durante su comparecencia para hacer balance del 2018, el líder socialista evitó en todo momento vincular la legislatura a los Presupuestos.

Sánchez también ha lanzado mensajes contradictorios sobre la propia posibilidad de presentar las cuentas, cuyo embrión se encuentra en el acuerdo alcanzado en octubre con Pablo Iglesias, líder de Podemos. En un primer momento, dijo que las presentaría aunque no contara con los apoyos necesarios. Después, que no lo haría si no tenía asegurada su aprobación, para "no marear a los españoles". Finalmente, tras el inesperado batacazo en Andalucía, decidió presentarlos.