Ha guardado silencio estas últimas semanas pero ha sido un actor clave para intentar frenar la DUI y limar los efectos de la aplicación del 155. El 'expresident' de la Generalitat José Montilla, ahora senador, ha vuelto a los focos mediáticos sobrepasado por la situación política pero convencido de la necesidad de construir puentes de diálogo y negociación.

-Para usted, ¿se ha proclamado la independencia de Cataluña?

-Los diputados que la avalaron dicen que sí. Lo que pasa es que ni estaban legitimados para hacerlo ni legalmente podían. Lo que hicieron en el pleno es dar argumentos a aquellos que quieren en el fondo limitar el autogobierno de Catalunya. Continúan retroalimentando el nacionalismo español y el independentismo, tratando de hacerlo siempre con astucias que no provocan hilaridad de no ser porque la situación en la que está el país es dramática.

-¿Intensificó sus contactos con Puigdemont y Sáenz de Santamaría para frenar la DUI?

-Eso es agua pasada, el resultado ya se conoce. Hicimos lo que pudimos. La verdad, fracasamos.

-¿Procuró que el 'president' convocara elecciones a cambio de suspender la aplicación del 155?

-Este era uno de los aspectos más destacados de la negociación. Yo era partidario de unas elecciones que pudieran evitar tanto la DUI como el 155. Pero el ‘president’ de la Generalitat no quiso hacer lo que estaba en sus manos, convocar elecciones, prefirió que lo hiciera Mariano Rajoy. No sé si haciendo cálculos electorales, espero que no.

-¿Qué papel debería jugar el PSC en los comicios anunciados el 21-D?

-El de dar soluciones y no aportar problemas. Tratar de reconstruir aquello que otros francamente han destruido: el autogobierno -que será necesario después de la intervención del 155-, la economía, y, por supuesto, también la cohesión social, la fraternidad entre catalanes y entre ellos y el resto de España.

-¿Contempla una candidatura única con Ciutadans y PP como aliados?

-No. Podemos tener coincidencias con los partidos denominados constitucionalistas pero defendemos cosas distintas. Lo que se trata es de ver si hay un denominador común entre los tres después de haber hablado los ciudadanos en las urnas.

-Usted abandonó el Senado a la hora de la votación. ¿Cuál es su posición sobre la aplicación del 155?

-Cuando hay la amenaza de una DUI, que va contra la Constitución y el Estatut, que no es legal ni legítima, es obvio que el Estado utilice los mecanismos que tiene. No podía quedarse con los brazos cruzados. Dicho esto, se tendrían que haber agotado los esfuerzos en la negociación y en el diálogo. Y no he visto la suficiente predisposición de ninguna de las dos partes.

-Tomó protagonismo su pasado como ‘president’ de la Generalitat...

-Esto me impedía votar 'sí', aunque había más razones. Y votar 'no' suponía alinearse con aquellos que se situaron fuera de la legalidad y la legitimidad democrática. Lo tenía claro. Una manera de expresar mi opinión era ausentarme y dar la cara.

-En su discurso aseguró que el Gobierno "no ha estado a la altura".

-Ha sido insensible durante años a las demandas razonables de Catalunya que tienen que ver con la financiación, las infraestructuras, el respeto a las competencias...

-¿Y cómo ha jugado el Govern?

-Han prometido una independencia sin costes, indolora, que es casi el paraíso en la Tierra. Han engañado a la gente y creo que deben explicarles por qué. No me puedo creer que prometieran que iba a llegar la independencia con un 48% de los votos, que Europa nos iba a reconocer, que los bancos no iban a marchar, sino que vendrían más, que esto no afectaría al empleo y a la convivencia.

-¿Qué opina sobre el cese del 'president' y sus 'consellers'?

-Me sabe muy mal. Es una medida que se puede considerar discutible pero es legal mientras un tribunal no diga lo contrario. El problema es la falta de responsabilidad de los que sabían que esto iba a pasar y podían haberlo evitado. Era tan fácil convocar elecciones… Las hubiésemos tenido un día antes, el 20 de diciembre, convocadas por Puigdemont. Y ahora la diferencia es que las tendremos el 21, convocadas por Rajoy, y con la Generalitat intervenida. ¡Qué gran error!. Lo que tenemos entre manos es un problema político, no un problema judicial. Este es uno de los reproches que le hago al PP: que se escude en jueces y fiscales.