La joven herida ayer martes por la noche supuestamente por un proyectil de foam disparado por los agentes de la Brigada Mòbil (Brimo) de los Mossos d'Esquadra en la Vía Augusta de Barcelona presenta lesiones más graves de las que parecía. Según ha informado el colectivo Iridia y ha confirmado este diario, perderá un ojo a causa del impacto recibido por un proyectil mientras participaba de la protesta contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél.

De entrada, la primera valoración médica pareció indicar que la herida no presentaría tal gravedad. Sin embargo, un examen médico más exhaustivo ha podido concluir que el daño ocasionado es mayor y ha afectado de forma irreparable a su globo ocular. La joven fue atendida por los sanitarios y trasladada a dependencias del Hospital Clínic.

El colectivo Iridia ha solicitado nuevamente la retirada de los proyectiles de las lanzadoras GL-06, armas que los policías usan para dispersar pero que no fue adquiridas para esa función hace casi una década. Para ahuyentar a multitudes violentas, los Mossos usaban entonces pelotas de goma que el Parlament prohibió tras el caso de Ester Quintana, que también perdió un ojo. Tras esa decisión, y después de valorar qué material antidisturbios era el idóneo, los agentes comenzaron a usar las lanzadoras de foam, armas de más precisión que se presentaron como idóneas contra agresores concretos y violentos para repeler ataques como los que sufrieron ayer martes por la noche. La manifestación por el rapero Hasél se ensañó contra el cordón policial de los Mossos que protegía la comisaría de la Policía Nacional y lanzó sobre sus agentes piedras, botellas y petardos. También arrastró contenedores en llamas. Durante la respuesta policial para repelerlos, los agentes dispararon proyectiles de foam y, supuestamente, uno de estos alcanzó a la joven.

El conseller d'Interior, Miquel Sàmper, ha anunciado esta mañana que se abrirá una información reservada para investigar lo ocurrido.