El Tribunal Constitucional rompió ayer una de sus normas y cumplió dos de sus tradiciones. Por primera vez en la historia de este tribunal, la presidencia la ocupará una mujer, María Emilia Casas, que sí cumple con las otras dos reglas no escritas de la institución: es catedrática y le quedan tres años de mandato.

Casas sustituirá así al controvertido Manuel Jiménez de Parga, cuyas declaraciones contra los nacionalistas han sido muy discutidas. La elección de Casas causó sorpresa, ya que se daba por seguro que la plaza sería para el juez conservador Vicente Conde, dado que el tribunal está dividido en estos momentos en dos bloques: seis magistrados conservadores y seis progresistas.

TRES CANDIDATOS Vicente Conde podía lograr la presidencia con un empate con Casas en la primera votación, ya que sería designado por ser el candidato de mayor edad. Pero esas previsiones se vinieron abajo cuando, ante la primera votación, se presentaron tres candidatos: Conde, Casas y el conservador Jorge Rodríguez Zapata.

En esa votación, Conde obtuvo cinco apoyos; Casas, seis, y Rodríguez Zapata, uno. Al no recibir ninguno la mayoría absoluta, se procedió a una segunda votación, en la que sólo es necesario ser el más votado para obtener la plaza. En esa segunda vuelta, Casas obtuvo la mayoría absoluta al recibir el apoyo inesperado de Guillermo Jiménez, del sector conservador. Su elección descolocó a los magistrados conservadores y causó un profundo malestar en Conde.

VARIAS HORAS DE RETRASO Como consecuencia, la elección del vicepresidente se pospuso varias horas, ya que el bloque conservador quería que se presentara a ese cargo el magistrado derrotado. Pero no pudieron convencerle, a pesar de que se emplearon todos los argumentos posibles durante un almuerzo. Conde, que se sentía traicionado por Jiménez, se mostró irreductible.

También acabó irritado Javier Delgado, que tuvo que desmentir que fuera él quien había votado por sorpresa a Casas a cambio de que pudiera optar a la presidencia del Constitucional dentro de tres años.

MAYORIA ABSOLUTA Ante esta situación, el catedrático Guillermo Jiménez se presentó para vicepresidente y logró la plaza por mayoría absoluta. Este magistrado, de 63 años, es catedrático de Derecho Mercantil e ingresó en el Constitucional hace seis años. Ha sido vicedecano y decano de la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de Sevilla. Jiménez sustituye a Tomás Vives.

Los nuevos cargos se enfrentan a la peor situación vivida por el Constitucional, que acumula un retraso de casi 9.000 asuntos. Además, la imagen del tribunal está muy deteriorada por las polémicas declaraciones de Jiménez de Parga.

En esa etapa, el pleno del Constitucional fue condenado por el Tribunal Supremo por haber resuelto de forma inadecuada un recurso presentado por un abogado. Los magistrados fueron condenados a una multa de 500 euros cada uno.

La elección de Casas fue bien acogida en círculos jurídicos y en el Gobierno, que apostaba por este nombramiento y confiaba en que el nuevo presidente fuera afín, como ha ocurrido hasta ahora.