La propuesta vigente de la ONU para resolver el conflicto del Sáhara es el plan Baker II del 2003, que plantea que la excolonia española sea una autonomía de Marruecos durante cinco años, tras los cuales se celebraría un referendo de autodeterminación. El plan Baker I cifraba en 86.000 las personas con derecho a voto. El Baker II recogió una protesta de Rabat y comprometió a la ONU a evaluar las apelaciones de 130.000 personas, casi todas marroquís, que reclaman su derecho de voto.Para sorpresa general, el Frente Polisario aceptó esta revisión de la propuesta original, a sabiendas de que la práctica totalidad de los recursos carecen de fundamento y van a ser desechados por la ONU. Ahora es Marruecos, una vez más, el que plantea que de ningún modo va a aceptar una solución que pase por la independencia del Sáhara. En su nueva política de aproximación a Francia y Marruecos, Zapatero ha decidido adoptar una postura más activa en la crisis de la excolonia. Y pretende, en un ejercicio de filigrana diplomática, satisfacer a Rabat y, al mismo tiempo, convencer a Argelia y al Polisario de que lo mejor para sus respectivos intereses es conseguir un acuerdo "sin vencedores ni vencidos".Para ello, Madrid propugna cambiar la fisonomía del grupo de patrocinadores. Hoy opera el Grupo de amigos

: EEUU, Rusia, Reino Unido y Francia (miembros permanentes del Consejo de Seguridad), más España. Zapatero quiere que el círculo se circunscriba a EEUU, Francia, España y Argelia, hasta ahora considerada "parte" del conflicto. España estará hasta diciembre en el Consejo de Seguridad. Argelia, hasta finales del 2005.