El expresidente del Barça Josep Lluís Núñez y su hijo mayor del mismo nombre han pasado juntos su segunda noche en prisión. Y juntos permanecerán en la misma celda del Departamento de Medidas de Seguridad (DMS) de la cárcel de Quatre Camins, un módulo especial reservado para policías y funcionarios, y que en el caso del empresario y su hijo su estancia se justifica por su relevancia social. Durante la estancia de los dos hombres, condenados a dos años y dos meses de prisión por el caso Hacienda, los encarcelados estarán aislados del resto de presos. Los internos del DMS se benefician de un regimen de protección especial.

Padre e hijo ingresaron pasadas las siete de la tarde del domingo, acompañados de su abogado, Cristobal Martell. Llegaron aturdidos, y durante todo el trayecto bombardearon al letrado con preguntas sobre cómo sería su estancia y el día a día en prisión. Interrogantes a los que Martell ya había dado respuesta en las reuniones previas y cuando la semana pasada avisaron a la Generalitat de que habían escogido Quatre Camins por la existencia de ese módulo especial.

REVISIÓN MÉDICA

Tras ser recibidos por el subdirector del centro, que el domingo estaba de guardia, los funcionarios rellenaron la ficha de cada uno, y se dejó para el lunes la revisión médica. A pesar de la incertidumbre y un cierto desconcierto, ambos cenaron con apetito, un plato de sopa y pan con queso y algo de embutido.

Al ingresar a última hora de la tarde, sin luz de día, hasta ayer no pudieron hacerse una idea de cómo era la cárcel por dentro. A los dos hombres se les hizo un recorrido por las instalaciones de la prisión. Se les mostró el patio, pequeño y que compartirán solo con los internos de su módulo, los espacios de ocio comunes, y se les detallaron las obligaciones y horarios de su nueva vida penitenciaria.

La Audiencia de Barcelona condenó a los Núñez a seis años de prisión, pero Martell en el Tribunal Supremo logró una considerable rebaja de dos años y dos meses. El empresario y su hijo fueron condenados por pagar sobornos a inspectores de Hacienda a cambio de que hicieran la vista gorda en sus declaraciones de hacienda.

Tras una primera noche en la que varias veces llamaron a los funcionarios para preguntar si se había roto la calefacción, porque tenían frío, ayer hicieron acopio de mantas para dormir mejor.

Es probable que el mayor de los dos, el padre, le sea concedido directamente el tercer grado por la Junta de Tratamiento de la prisión. Su letrado Martell ya tiene ultimado el escrito y la estrategia para solicitar el tercer grado que permitiría al expresidente del Barça acudir a la cárcel solo a dormir.

La Junta de Tratamiento de la cárcel está integrada por juristas, psicólogos y técnicos médicos que clasifican a los internos en función de su actitud en el centro penitenciario y de sus circunstancias personales. Por eso es probable que ese grupo de expertos tenga en cuenta la avanzada edad del padre, 83 años.

Los dos podrán acceder también a la libertad condicional, pero una vez cumplidas las tres cuartas partes de su condena, que en este caso es poco más de seis meses. De todas maneras, antes es necesario que ambos hayan pasado una temporada en régimen abierto.

UNAS VÍCTIMAS

En su momento la Audiencia rechazó suspender el ingreso en prisión de los Núñez advirtiendo de que ninguno de los dos se había rehabilitado, ni mucho menos pedido perdón por los hechos ya que incluso, tras la sentencia firme, seguían presentándose ante la opinión pública como las «víctimas de una gran injusticia». La justicia les dio 10 días para ingresar en prisión y aunque apuraron los términos, el domingo por la noche entraron en Quatre Camins dentro del plazo.

El fin de semana Núñez estuvo reunido con toda su familia y «mentalizándose» para su nueva estancia en prisión. Le preocupaba especialmente cómo sería su nueva vida, el tiempo que dure, allí dentro.