La Guardia Civil detuvo ayer a José Luis Beotegi Ibáñez y a Ascensión Canellada Larrayoz, dos presuntos etarras, con lo que ya son siete los arrestados esta semana en España a consecuencia de la desarticulación, el domingo, de la infraestructura de ETA en el sur de Francia.

Beotegi, de 55 años, detenido en Miravalles (Vizcaya) fue deportado a Cabo Verde tras el fracaso de las conversaciones de Argel. En 1996 volvió a Francia, antes de regresar al País Vasco. Canellada, de 50 años, viuda y que vivía con un hijo, realizaba cometidos para la banda, que la Guardia Civil no precisó. Fue detenida en San Sebastián.

Estas detenciones fueron posibles por las declaraciones ante la Guardia Civil del camionero español residente en Francia Pedro Alcantarilla, detenido el pasado domingo en una carretera de Burgos.

Alcantarilla propuso a la dirección de ETA atentar en el estadio Santiago Bernabéu mientras el Real Madrid disputaba un partido internacional, según consta en el auto de prisión dictado ayer por el juez Fernando Andreu. El detenido se negó a declarar ante el magistrado y sufrió una crisis nerviosa.

El juez le acusa de pertenencia a banda armada y depósito de armas y explosivos. En su domicilio de Urrugne (Francia), se localizó un zulo de 40 metros cuadrados que contenía 250 kilos de clorato, 30 granadas, 31 lanzagranadas y armas embaladas. Además, en la vivienda había una galería de tiro.

66.000 EUROS Alcantarilla, según el auto judicial, ingresó en ETA en 1998 y pasó a formar parte de su aparato logístico. Aceptó esconder armas y explosivos y trasladar ese material para la comisión de atentados. ETA le entregó 66.000 euros para habilitar el zulo.

El juez le acusa de haber facilitado cuatro tubos lanzagranadas y 120 kilos de dinamita a dos etarras, de haber señalado a un militar como objetivo y de haber propuesto atentar contra torres eléctricas y colocar artefactos en Baqueira Beret.