Dos artefactos explosivos estallaron ayer en el céntrico paseo de Pereda de Santander (Cantabria) y en las cercanías de la playa de San Lorenzo de Gijón (Asturias). Sólo la segunda de las bombas causó heridas leves en la pierna a un hombre de 78 años. Un comunicante anónimo avisó de la colocación de las bombas, con sendas llamadas a los rotativos Gara y El Diario Montañés, aunque no está claro si citó a ETA como autora de los atentados: mientras que Gara aseguraba anoche que lo había indicado con toda claridad, tanto El Diario Montañés como fuentes de los gobiernos vasco y español dijeron que el comunicante no había nombrado jamás a la banda. ETA sí reivindicó los artefactos que estallaron el sábado en San Vicente de la Barquera (Cantabria) y Ribadesella (Asturias).

La primera explosión fue a las 18.00 horas. El artefacto estaba junto a un árbol que cayó por la detonación y dañó un vehículo contiguo. Una hora antes, El Diario Montañés , de Santander, había recibido una llamada que alertaba de la colocación de un explosivo, aunque sin especificar dónde. A las 17.35, una llamada al diario Gara informaba del mismo artefacto y del que explotó en Gijón.

Según la Delegación del Gobierno en Cantabria, la policía desalojó la zona antes del estallido. Los testigos, sin embargo, aseguraban que no dio tiempo: "Cuando ha explotaba la bomba, los coches circulaban por el paseo de Pereda. La policía ha llegado minutos después", explicó Olga Huero, que paseaba por la zona.

250 GRAMOS DE AMONAL La segunda bomba estalló a las 18.20 horas. El artefacto, también de escasa potencia, estaba colocado cerca del arenal de San Lorenzo, frente a un restaurante. Estaba compuesto de 250 gramos de amonal, según fuentes municipales, el mismo explosivo de los artefactos que estallaron el sábado.

Todos los partidos democráticos condenaron el ataque y dieron por hecho que se trata de ETA. El Gobierno vasco reclamó a la banda que cese su chantaje, y el PSOE llamó a reforzar el pacto antiterrorista.