Ni con Pedro Sánchez ni con el PSOE. La consigna es clara en Ciudadanos. El pasado lunes, el comité ejecutivo del partido naranja solemnizaba su veto a los socialistas y enseñaba al presidente la salida de Moncloa si de ellos depende después de las elecciones generales del 28 de abril. Puerta cerrada al partido del puño y la rosa (aunque solo en las legislativas, como dejó claro José Manuel Villegas, teniendo en cuenta que un mes después habrá elecciones municipales y autonómicas) ante el compromiso de que Ciudadanos no se entenderá con el PSOE.

No obstante, a pocos meses del 28-A, la cuestión es si Albert Rivera mantendrá su postura. La historia política reciente da varios ejemplos de cambios de discurso en Ciudadanos. Y es que, en el pasado, varios no es no del líder de los naranjas acabaron siendo síes desde el 2015.

«A Rajoy y a Sánchez, ni investidura, ni pacto, ni Gobierno, ni ministros, ni vicepresidente... Más claro, el agua». Pronunciada en una entrevista en 20 minutos a finales del 2016, esta sentencia de Rivera se disolvió como un azucarillo en apenas medio año, ya que el jefe de filas de los naranjas acabaría pactando tanto con uno como con otro. En la campaña de las generales del 2015, Ciudadanos se hartó de prometer que no llegaría a acuerdos ni con el entonces líder del PP ni con el secretario general del PSOE y actual presidente del Gobierno, pero la realidad fue otra muy diferente. En primer lugar, suscribió un documento con Sánchez que, pese a no llegar a buen puerto, se firmó de forma solemne en el Congreso.

Tras la investidura fallida, hubo que repetir elecciones en junio del 2016 y Rajoy volvió a salir triunfante pero de nuevo sin mayoría suficiente. Recurrió a Ciudadanos. Rivera (que llegó a proclamar que jamás haría presidente al responsable de un partido «corrupto»), acabó dando el poder a Rajoy en agosto.

Las últimas elecciones autonómicas en Andalucía también dieron una muestra de la ductilidad de Ciudadanos a la hora de suscribir pactos. Pese a obtener 21 diputados y quedar teceros, Cs acabó admitiendo que Juan Marín no fuera el que liderara el proyecto alternativo a Susana Díaz.

Tras el compromiso de Ciudadanos de no pactar con el PSOE, Sánchez está dipuesto a pactar con ellos y Pablo Casado (PP) ha restado credibilidad a la promesa de Rivera, recordando su viraje de hace cuatro años. En realidad, uno de tantos.